Por su parte Acemoglu, Johnson y Robinson (2000) sostienen que dicha desigualdad inicial es producto del carácter de la estrategia de colonización que siguieron los europeos y las instituciones relacionadas con esta. De acuerdo con estos autores, en aquellos lugares en donde el clima y las condiciones de vida en general fueron adversas a los colonizadores europeos (expresado ello en una alta tasa de mortalidad de los colonizadores), se desarrollaron instituciones de naturaleza extractiva, diseñadas fundamentalmente con el propósito de transferir recursos desde la colonia hacia el país colonizador el menor costo posible. En estos lugares no se desarrollaron instituciones de derechos de propiedad ni mucho menos contrapesos al poder político, representación electoral, protección legal contra la expropiación estatal o sistemas de administración de justicia abiertos. De esta manera, las instituciones conformadas, producto de la estrategia de colonización seguida por los europeos, favorecieron la concentración del poder político y la riqueza, constituyéndose en sociedades marcadamente desiguales. Este parece haber sido el caso de América Latina, en particular de las sociedades andinas, cuya abundancia de recursos parece haber favorecido la constitución de instituciones marcadamente extractivas. De acuerdo con estos autores, el “... main objective of the Spanish and Portuguese colonization was to obtain gold and other valuables from America. For example, soon after the conquest the Spanish Crown granted rights to land a labor (the Encomienda) and set up a complex mercantilist system of monopolies and trade regulations to extract resources from the colonies” (Acemoglu, Johnson y Robinson 2000:8). Estos recursos fueron abundantes en los territorios que hoy constituyen los países andinos.
La segunda pregunta es de suma relevancia, mas una si tenemos en cuenta que instituciones acentuadamente ineficaces en términos del progreso social persisten a pesar de sus efectos perniciosos. Las hipótesis formuladas para explicar dicha persistencia institucional son diversas. Por ejemplo, North (1993) ha subrayado la importancia que tienen los esquemas subjetivos de los miembros de una sociedad y el conjunto de restricciones informales que acompañan a esta, en la constitución de arreglos básicos que promueven o dificultan el desempeño económico a largo plazo y que, una vez articulados, generan una senda de dependencia (path dependence) difícil de modificar. De acuerdo con North, “... una vez que se establece la vía de desarrollo en un curso fijo, las externalidades de la red, los procesos de aprendizaje de los organismos y el modelamiento subjetivo de las cuestiones, derivado históricamente, se refuerza el curso” (North 1993:129), a pesar de que, inclusive, se modifiquen luego abruptamente las instituciones formales por medio de, digamos, una revolución social o un proceso de reforma radical. El caso de América Latina es sintomático en este sentido, pues los esfuerzos que realizaron los independentistas para adaptar instituciones y reglas formales similares a las anglosajonas en la región no pudieron alterar las pautas de comportamiento establecidas por las instituciones pre-existentes. En palabras de North: “La persistencia de la pauta institucional que había sido impuesta por España y Portugal siguió desempeñando un papel fundamental en la evolución de las políticas latinoamericanas y en sus percepciones, así como en cuanto a distinguir y diferenciar la historia de este continente, a pesar de la disposición después de la independencia de un conjunto de normas similares a las de la tradición institucional inglesa que dieron forma a la vía (institucional) de los Estados Unidos” (North 1993:135).
Siguiendo esta línea, Acemoglu et al (2000 y 2001b) han sugerido tres mecanismos a través de los cuales se puede explicar la persistencia institucional:
a) El establecimiento de instituciones que establezcan contrapesos al poder político y protejan los derechos de propiedad es costoso, por lo que las elites podrían no tener incentivos para “costear” cambios institucionales, ya sea que estos busquen establecer instituciones eficientes o procuren introducir instituciones de carácter extractivo.
b) Las ganancias derivadas de una estrategia de naturaleza extractiva dependen crucialmente del tamaño de la elite. Si la elite es muy pequeña y los retornos esperados de establecer instituciones extractivas para cada miembro de esta son elevados, entonces los incentivos para emprender un cambio institucional de esta naturaleza pueden ser muy altos. Esto podría explicar, por ejemplo, la persistencia de instituciones como la esclavitud después de declarada la independencia en la mayoría de las naciones latinoamericanas. Las elites se habrían montado sobre las instituciones dejadas por los españoles y portugueses (Por ejemplo, la esclavitud se mantuvo en Brasil hasta 1886).
c) Finalmente, si un conjunto de agentes ha realizado inversiones que son compatibles con un determinado tipo de instituciones (por ejemplo, inversiones en capital fijo y capital humano), los incentivos que estos grupos tienen para mantener dichas instituciones podrían llevar a una mayor predisposición por sostenerlas en el tiempo, a través del uso de recursos económicos y políticos.
A partir de lo discutido a lo largo de esta sección podemos afirmar que existen razones de peso para creer que las instituciones básicas que caracterizan a las sociedades andinas de hoy son el producto evolucionado de un conjunto de arreglos institucionales que, por una serie de circunstancia históricas, nacieron con un carácter marcadamente inequitativo y cuya naturaleza se ha reproducido a través del tiempo.