“La desigualdad, con sus efectos de violencia e inestabilidad social, es una tercera herencia del reo (se refiere a Fujimori. SM). Acentuó las brechas sociales. Fujimori dejó al país con cerca al 54% de pobres y 18% en extrema pobreza. El Perú de hoy es el país de América Latina con la mayor desigualdad interna en la distribución de ingresos, con el mayor abismo entre ricos y pobres. Esta es otra herencia que la transición democrática fue incapaz de resolver al mantener –Toledo y García- intocada la estructura y la política económica fujimorista. Ni siquiera podemos obtener lo que nos debería corresponder de nuestros recursos mineros y naturales para invertir en las prioridades que ya hemos señalado porque todo se privatizó en medio de irregularidades y de extraordinarios privilegios tributarios que ni Toledo ni García han revisado” La Herencia de Fujimori.
Este sentido común de la izquierda no encontraba, paradójicamente, mucha resistencia desde el otro espectro político. Impuesto como sentido común, no es de extrañar que la primera reacción haya sido cuestionar las cifras que mostraban una reducción importante de la pobreza. En algunos casos, dicha critica era simplemente una mezquindad política: no cabía reconocer la evidencia, por mas que esta haya sido auditada por gente de prestigio, para no reconocer que bajo este modelo económico –mucho menos durante el gobierno de Alan García- esta ocurriendo una reducción importante de la pobreza (ver este articulo de Raúl Wiener en esa dirección). Hacer lo anterior significaría admitir que estaban equivocados al caracterizar al modelo como empobrecedor. Por su parte, los críticos más inteligentes esbozaron, por el contrario, críticas metodológicas, las cuales sin embargo estaban –tal y como trato de mostrar aquí, aquí y aquí- sobredimensionadas. Muy poca gente se dio el trabajo de estudiar los datos (una excepción fue Farid Matuk), y el resultado final fue la aceptación de que efectivamente la pobreza estaba cayendo, aunque negando la magnitud de la caída, sin mucha evidencia sólida para ello.
Como no funcionó con la pobreza, entonces se cambió el argumento. Se aceptó a regañadientes que la pobreza estaba cayendo pero –he aquí la novedad- la desigualdad estaba aumentando escandalosamente. Así por ejemplo, la poeta Rocío Silva Santiesteban, lo graficaba de este modo:
“¿Eso significa que se ha reducido la desigualdad? Pues sospecho que no, y según me lo explica un amigo economista, no, y según leo en el Informe de Oxfam, no. Un rotundo no. Como lo sostiene un artículo del informe del economista Efraín Gonzáles de Olarte, la proporción entre crecimiento económico sostenido y reducción de la pobreza parece compatible: una cifra sube, la otra baja. Pero la desigualdad sigue exactamente igual. O peor.” Menos pobres, mas desiguales
En este post cuestiono este sentido común. Mi argumento central es que no tenemos evidencia estadística sólida para argumentar que la desigualdad aumentó como se dice alegremente por ahí. Por el contrario, creo que existe cierta evidencia para argumentar no solo que la desigualdad no aumentó, sino también que los más pobres se habrían beneficiado más del crecimiento observado en los últimos años, aunque no en la magnitud necesaria para cambiarles sustancialmente la vida.
Para ello, me basaré en los siguientes elementos: a) la evolución de los indicadores de desigualdad como el coeficiente de Gini y de Kakwani entre otros, b) la evolución de la fracción del ingreso acumulado por cada decil de ingreso, es decir, como se distribuye “la torta”, c) la evolución de los ingresos promedios por decil de ingreso, a fin de evaluar cual es la velocidad con la crecen los ingresos de cada sector, d) un análisis de dominancia usando curvas de lorenz, curvas generalizadas de Lorenz y curvas de Pen a fin de evaluar los cambios en la desigualdad, e) un test de diferencia de distribuciones Kolmogorov-Smirnov para evaluar si existe evidencia para rechazar la hipótesis nula de que la distribuciones del ingreso entre un par de periodos son similares.
Cuestiones Metodológicas
La variable de bienestar utilizada es el ingreso mensual per-cápita real a precios de diciembre del 2001. Los valores nominales de los ingresos fueron actualizados con el índice de precios para Lima Metropolitana disponible en la página web del Banco Central. El periodo de análisis es 1997-2007 y la fuente de información básica es la Encuesta Nacional de Hogares. A fin de reducir los problemas de comparabilidad de las encuestas, se optó por trabajar con los datos del IV trimestre. En todos los casos posibles, se estiman intervalos de confianza usando la técnica bootstrap con 1000 repeticiones.
Resultados Básicos
Por razones de tiempo y espacio, solo discutiré los resultados más importantes. A mí entender los siguientes:
1. La desigualdad medida a través de indicadores resumen sugieren que esta no mostró cambios significativos en el periodo 1997-2007. Dichos resultados son consistentes sea cual sea el indicador utilizado. Así por ejemplo, el coeficiente de Gini cayó 3 puntos entre 1997 y el 2007 (ver Cuadro 1), pero el hecho de que los intervalos de confianza se superpongan no nos permite descartar el hecho de que la desigualdad no haya mostrado cambios en el periodo de análisis. En este apéndice mostramos los resultados para un total de 9 indicadores de desigualdad además del Gini como son los índices de Mehran, Kakwani, Piesch, Atkinson (para distintos valores del parámetro de aversión a la desigualdad), y el índice generalizado de Entropia (para distintos valores del parámetro de sensibilidad). Para una discusión técnica de la mayoría de estos índices, ver el libro de Frank Cowell “Measuring Inequality”. Una copia del mismo puede ser descargada de aquí.
2. La forma en que se distribuye el ingreso a través de deciles sugiere que, para todos los deciles excepto el más rico, han ocurrido pequeñas ganancias. Así por ejemplo, en 1997 el decil más pobre acumulaba el 1.02% del ingreso mientras que el más rico se apropiaba del 43.07% del mismo. En el 2007, dichos porcentajes eran respectivamente 1.39% y 37.46%. Esta reducción de casi 6 puntos del decil más rico se repartió entre los demás deciles de ingreso. En este anexo se presenta la información completa para todos los años así como sus errores estándar e intervalos de confianza.
3. Los ingresos de los más pobres han crecido más velozmente que el de los deciles más ricos. En el periodo 1997-2007, el crecimiento acumulado del ingreso del decil más pobre fue de 64.63%, mientras que el del decil más rico fue de 8.84%. Consecuentemente, la brecha entre el decil más rico y el más pobre se redujo de 42.68 a 28.21, lo cual contradice el sentido común de que dicha brecha habría aumentado. En el blog de Raul Mauro se presenta evidencia que sugiere que la brecha aumentó, lo cual no es contradictorio con lo aquí dicho pues el periodo de referencia es distinto. Si nos enfocamos en el periodo 2004-2007 como la hace Mauro, efectivamente se observa que la brecha aumenta, pasando de 22.64 a 28.21, lo cual también muestran mis resultados. Aparentemente, estaría ocurriendo un cambio en los fundamentals de la desigualdad que estaría explicando este cambio en la tendencia. Este cambio de tendencia también se refleja en el hecho de que en el último año los ingresos de los ricos hayan crecido a mayor velocidad que el de los mas pobres (2.9% frente a 10.74%). Este hecho empírico amerita mayor análisis en el futuro. En este apéndice, se presentan los resultados para el periodo bajo análisis.
4. Un análisis de dominancia usando curvas de lorenz, curvas de lorenz generalizadas y curvas de Pen sugieren que no es posible argumentar que la desigualdad haya aumentado en el periodo de análisis. Una discusión de estos instrumentos puede verse en el libro de Cowell, citado líneas arriba. La curva de Lorenz para el periodo 1997-2007 sugiere que la desigualdad habría caído, aunque la magnitud de la caída es pequeña (ver el grafico aquí). Dado que es posible que dicho cambio no sea estadísticamente significativo, usamos la curva de lorenz generalizada para evaluar si existe un mayor bienestar asociado en la distribución de 1997 en relación a la del 2007. Como se observa en este grafico, la curva del 2007 domina a la de 1997, lo cual sugiere que existe un mayor bienestar asociado a la curva del 2007. Finalmente, la curva de Pen entre 1997 y 2007 cuenta esencialmente la misma historia que la de Lorenz. Ver el grafico aquí.
5. El test de diferencia de distribuciones de Kolmogorov-Smirnov sugiere que no podemos rechazar la hipótesis de nula de que las distribuciones del ingreso de 1997 y 2007 sean iguales; esto es, que la desigualdad no haya cambiado. Ver aquí los resultados.
Como comentario final, la evidencia sugiere que no es posible argumentar que la desigualdad aumentó con la aplicación del modelo de libre mercado en los noventas. Los datos aquí presentados cubren un periodo de 11 años y sugieren que, en el peor de los casos, la desigualdad no aumento, a pesar de existir cierta evidencia que sugieren por el contrario que la dispersión de los ingresos se ha atenuado, aunque no de una manera significativa. La otra extendida idea de que la brecha entre los ricos y pobres se habría acentuado tampoco parece ser ciertas a la luz de la evidencia aquí presentada. Ciertamente, se puede argumentar que las encuestas de hogares son un instrumento imperfecto para medir la desigualdad del ingreso por que no captura adecuadamente los ingresos de los más ricos, pero dicho argumento no ha sido testeado empíricamente como para asumir sin reservas su aceptación. Solo una comparación entre información de ingresos capturados vía censo y vía encuestas de hogares, nos permitirán dilucidar el asunto desde un punto empírico. Por otro lado, aun este argumento fuese cierto, no invalida los resultados aquí mostrado sobre la evolución de los ingresos de los más pobres.
Dedicatoria
Dedico este post a 3 personas que contribuyeron mucho a mi formación en temas distributivos: Adolfo Figueroa, Juan Chacaltana y Leonardo Gasparini. Durante mi época de estudiante, la lectura de los textos y la cercanía que tuve con el profesor Figueroa influyeron mucho en mi interés en temas distributivos. Juan Chacaltana me acogió en CEDEP cuando yo me creía básicamente un filósofo en temas distributivos (algo de lo que no me quejo, pues me permitió un reconocimiento internacional) y ha visto, seguido e influenciado mi desarrollo como un economista empírico, y las discusiones que hemos tenido sobre el tópico desde entonces han marcado mucho mi forma de pensar estos temas. El titulo de este post parafrasea el titulo de uno de sus mejores trabajos. Finalmente, Leonardo Gasparini, sin lugar a dudas una de las autoridades sobre distribución del ingreso en América Latina, me enseño durante mis estudios de maestría en la Universidad de San Andrés en Buenos Aires la mayoría de técnicas estadísticas y econométricas utilizadas en este campo. Su curso ha sido de lejos uno de los mejores que he tenido en mi formación profesional. A todos ello, la gratitud del caso.
6 comentarios:
Excelente artículo, voy a citarlo en mi blog.
Sigue así.
Muy interesante.
Sólo por curiosidad: ¿has incluído el efecto del diseño de conglomerados y etapas de muestreo de la ENAHO en el cómputo de los errores estándar de tus estimadores? En mi experiencia, incluir el efecto del diseño de la muestra en la ENAHO puede multiplicar hasta por tres los errores.
Stanislao,
Espero que este post se convierta en un claro precedente y clave bandera sobre lo mínimo a exigir cuando se pretenda hablar categóricamente sobre estos temas. Suficiente con métodos Wiener y colegas cuenta cuentos!
Por otro lado, lei completo tu ensayo sobre justicia distributiva. Previamente solo contaba con una breve introducción a los enfoques de justicia social previos a Rawls y al intercambio de este último con Nozick. Tu ensayo me ayudo a entenderlos mejor, y me introdujo a Roemer, Dworking y al capabilities approach de Sen. Sería interesante si tocaras el tema en alguno de tus posts y recomendaras alguna bibliografia (por el momento pienso empezar por el libro de Gargarella, ¿recomendarias algun otro libro en esa misma linea?). Gracias y saludos,
Hola Stanislao,
Buena tu observación acerca de la distribución del ingreso y como se ha presentado en le períoo de análsis que has llevado a cabo.
Dos detalles importantes a considerar son:
1.- Los datos de la encuesta ENAHO tiene errores que habría que considerar en tus cálculos.
2.- La informalidad del país es muy alta, por ello que la desigualdad se acentúa mas aún debido a sectores demográficos que no estan incluidos en las encuestas oficiales.
finalmente Felicitaciones, el Perú necesita de profesionales que puedan describir e interpretar su economía libre de apasionamientos.
Te seguiré leyendo.
Saludos
Jorge
Hola Stanislao:
Muy interesante lo que has escrito, y gracias por tus palabras respecto a mi persona. Creo que tu texto es muy enriquecedor, y me va a tomar un poco de tiempo comentarlo en detalle. Esto lo haré en MacroPerú, para hacer mas inclusivo el debate.
Felicitaciones, Farid
http://groups.yahoo.com/group/MacroPeru
Estimados:
Sorry por responder tarde, pero entre mi vuelta a DC y terminar asuntos por aca, se me fue buena parte del tiempo.
Sobre los errores, inclui el diseno muestral en la mayoria de los casos. Para el caso de algunos de los indicadores de desigualdad, no fue posible incluir el diseño muestral porque hubiera sido muy costoso en terminos de tiempo escribir una rutina para ello. En esos caso, use bootstrap asumiendo un diseño aleatorio simple. Con eso creo que respondo las preguntas de Daniel y Jorge.
Carlos:
Gracias por tus comentarios a mi ensayo. Mencione algo de Rawls en el post que hice sobre educacion. Sobre libros, depende del tipo de lectura que te interese. Si quieres una discusion muy formal del asunto, te recomendaria el libro de John E. Roemer "Theories of Distributive Justice". Una presentacion mas conceptual puedes verla en el libro de Will Kymlicka "Contemporary Political Philosophy". En espanol, el libro de Gargarella que me mencionas me parece el mas instructivo.
Farid:
Envie mis comentarios a la red Macroperu.
Saludos a todos y muchas gracias por leer este blog.
Stanislao
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