sábado, 28 de junio de 2008

Último Número del World Bank Economic Review

Comparto el último numero del WBER.

Contents: Volume 22, Number 2, 2008

Romain Wacziarg and Karen Horn Welch
Trade Liberalization and Growth: New Evidence
The World Bank Economic Review Advance Access published on June 3, 2008 World Bank Econ Rev 2008 22: 187-231; doi:10.1093/wber/lhn007 [Abstract] [Full Text] [PDF] [Request Permissions]

Susana Ferreira, Kirk Hamilton, and Jeffrey R. Vincent
Comprehensive Wealth and Future Consumption: Accounting for Population Growth
The World Bank Economic Review Advance Access published on May 25, 2008 World Bank Econ Rev 2008 22: 233-248; doi:10.1093/wber/lhn008 [Abstract] [Full Text] [PDF] [Supplementary Data] [Request Permissions]

Raúl O'Ryan and José Miguel Sánchez
Comparison of Net Benefits of Incentive-Based and Command and Control Environmental Regulations: The Case of Santiago, Chile
The World Bank Economic Review Advance Access published on August 31, 2007 World Bank Econ Rev 2008 22: 249-269; doi:10.1093/wber/lhm013 [Abstract] [Full Text] [PDF] [Supplementary Data] [Request Permissions]

Seth R. Gitter and Bradford L. Barham
Women's Power, Conditional Cash Transfers, and Schooling in Nicaragua
The World Bank Economic Review Advance Access published on May 22, 2008 World Bank Econ Rev 2008 22: 271-290; doi:10.1093/wber/lhn006 [Abstract] [Full Text] [PDF] [Request Permissions]

Axel Dreher, Peter Nunnenkamp, and Rainer Thiele
Does Aid for Education Educate Children? Evidence from Panel Data
The World Bank Economic Review Advance Access published on April 11, 2008 World Bank Econ Rev 2008 22: 291-314; doi:10.1093/wber/lhn003 [Abstract] [Full Text] [PDF] [Supplementary Data] [Request Permissions]

Robert Cull and Laurie Effron
World Bank Lending and Financial Sector Development
The World Bank Economic Review Advance Access published on May 15, 2008 World Bank Econ Rev 2008 22: 315-343; doi:10.1093/wber/lhn004 [Abstract] [Full Text] [PDF] [Supplementary Data] [Request Permissions]

Alok Bhargava and Frédéric Docquier
HIV Pandemic, Medical Brain Drain, and Economic Development in Sub-Saharan Africa
The World Bank Economic Review Advance Access published on May 15, 2008 World Bank Econ Rev 2008 22: 345-366; doi:10.1093/wber/lhn005 [Abstract] [Full Text] [PDF] [Request Permissions]

Sourafel Girma, Yundan Gong, and Holger Görg
Foreign Direct Investment, Access to Finance, and Innovation Activity in Chinese Enterprises
The World Bank Economic Review Advance Access published on June 11, 2008 World Bank Econ Rev 2008 22: 367-382; doi:10.1093/wber/lhn009 [Abstract] [Full Text] [PDF] [Request Permissions]

El acceso a los artículos de la revista es gratuito para quienes residen en países en desarrollo. Solo hay que inscribirse aquí:

http://www.oxfordjournals.org/our_journals/wber/access

jueves, 26 de junio de 2008

¿"Crisis distributiva" a la vista? Sobre la desigualdad y la protesta social

Desde hace unas semanas, como producto del debate sobre los números de pobreza, se ha comenzado a discutir nuevamente el tema de la desigualdad en el Perú. Una de las aristas de la discusión, tiene que ver con la intensificación de la protesta social como resultado de la incapacidad del modelo económico para redistribuir la bonanza económica. Así, tendríamos que la elevada desigualdad seria el principal factor detrás de las últimas protestas, como la ocurrida en Moquegua.

Desde un punto de vista teórico, existen muchas aproximaciones conceptuales que tratan de dar cuenta al fenómeno en cuestión. En 1993, el profesor Adolfo Figueroa publico un libro titulado “Crisis Distributiva en el Perú”. En dicho trabajo, Figueroa introduce su teoría de la tolerancia limitada a la desigualdad según la cual podemos suponer que los individuos tienen un sentido de justicia o equidad, esto es, tienen un umbral de tolerancia a la desigualdad. Si los niveles de desigualdad van más allá de dichos umbrales de tolerancia los individuos rechazarán el resultado distributivo imperante, desconociendo las reglas de producción y distribución establecidas en el contrato social. Así, no cualquier distribución del ingreso será socialmente tolerada.

Cualquier resultado distributivo que se encuentre ubicado lejos de la región de tolerancia conllevará a que la gente emprenda un conjunto de acciones conducentes a modificar la distribución del ingreso resultante a través de mecanismos situados fuera del mercado y obviando cualquier parámetro institucional. Un elevado grado de desigualdad implica una extendida situación de pobreza en la sociedad, por lo cual este conjunto de acciones consistirá básicamente en el desarrollo de estrategias de sobrevivencia por parte de los grupos menos favorecidos de la sociedad para afrontar los efectos perniciosos de la extrema inequidad.

En este contexto, los individuos desconocerán los derechos de propiedad establecidos. Aumentarán los robos, los asaltos y se incrementará el riesgo de agresión a la integridad física. Por otro lado, se elevará la proporción de los ingresos resultado de relaciones no contractuales, obtenidos por medio de la realización de actividades ilegales. Aumentarán los fraudes y los sobornos destinados a eludir los intentos de las autoridades para erradicar la ilegalidad. Como resultado de todo esto se incrementarán los niveles de violencia a la par que campeará la corrupción.

En términos agregados si el empobrecimiento relativo de los grupos sociales menos favorecidos cruza el umbral de tolerancia podrían generarse condiciones para la realización de acciones colectivas de rechazo al resultado distributivo. Estas acciones podrían derivar en una excesiva fragmentación y conflicto social que afectaría sensiblemente la solidez misma del contrato social, dándose paso a lo que Figueroa ha denominado crisis distributiva.

Dado el rechazo de los grupos sociales menos favorecidos a las reglas de producción y distribución configuradas en el contrato social, éstos intentarán establecer nuevas pautas distributivas de carácter privado por medio del uso de la fuerza. Debilitado el contrato social, la sociedad será víctima de un severo desorden social.

Las consecuencias del desorden social serán diversas. En primer lugar, se incrementarán los costos de protección de la propiedad, lo cual significa que la sociedad se verá en la necesidad de elevar el monto de sus recursos escasos destinados a proteger los derechos de propiedad establecidos. En segundo lugar, los costos de transacción se verán incrementados sustancialmente. El establecimiento de relaciones contractuales requerirá ahora incurrir en costos adicionales con lo cual la dinámica del sistema económico se verá trabada. Finalmente, se deteriorarán las relaciones de confianza entre los miembros del sistema social. La desconfianza será la pauta predominante en las relaciones sociales establecidas a propósito de los intercambios sociales en el sistema de mercado, en el sistema político y el orden institucional.

¿Estamos en la actualidad ante una “crisis distributiva” en el sentido sugerido por Figueroa? A pesar de que se ha impuesto como sentido común la idea de que la desigualdad ha crecido, lo cierto es que no tenemos evidencia de que esta haya efectivamente aumentado (estoy trabajando en un post sobre ello, pero adelanto que el coeficiente de Gini es prácticamente el mismo entre el 2004 y el 2007). ¿Si la desigualdad no ha cambiado mucho en los últimos años, porque entonces la protesta social es más intensa hoy?

Algunas respuestas:

a) Podría pasar que no es necesaria una mayor desigualdad para que los conflictos sociales estallen. Basta con que la gente crea que la desigualdad aumentó (que es lo que también creen los analistas que no miran los datos). Por ejemplo, Nelson Manrique lo describe de este modo:
El dato más relevante es que el 86% de los peruanos consideran que la distribución de la riqueza en el Perú es injusta y muy injusta, contra un 11% que piensa lo contrario. Comparando estos resultados con los de hace un semestre, ha aumentado el número de quienes piensan que los ricos son más ricos y los pobres más pobres. No es difícil adivinar a qué estrato social pertenecen quienes suscriben una y otra opinión.” (el subrayado es mío) Pobres si, tontos no en Peru21.

Es interesante notar que la desigualdad no cambio, pero si la percepción de su cambio, según los resultados comentados por Manrique. Entonces, podríamos revisar la teoría de Figueroa sugiriendo que lo importante es el cambio “percibido” de la desigualdad más que su cambio real.

b) La otra posible respuesta es considerar que simplemente la desigualdad en si no tiene nada que ver y son otros los factores detrás de la intensificación de la protesta social. Esto podría ayudarnos a explicar, de paso, otros periodos de nuestra historia económica reciente. Por ejemplo, lo que más se acerca a la descripción de Figueroa sobre crisis distributiva según mi opinión, es la debacle económica a fines de los ochenta y principios del noventa. El impacto distributivo de la crisis fue de una magnitud importante, y sin embargo la protesta social fue minima comparada con la extensión e intensidad que tiene esta en la actualidad.

Tengo la impresión de que son otros factores los que están detrás del incremento en la intensidad y la duración de los conflictos sociales. La desigualdad es solo un pretexto. Sugiero la siguiente interpretación.

Asumiendo que los agentes son racionales, la decisión de protestar es el resultado de un calculo costo-beneficio. Entre los costos podemos considerar el ingreso dejado de ganar por no trabajar para ir a protestar y la probabilidad de ser castigado por la autoridad publica. Los beneficios incluyen los recursos que se obtendrían en caso de ser exitosa la protesta. Dado que estamos hablando de una acción colectiva, tenemos que tomar en cuenta que dicha acción será más exitosa en tanto el beneficio a obtener sea menos parecido a un bien público y en tanto el número de los interesados sea más pequeño. En palabras de Mancur Olson ".... a menos que el numero de miembros del grupo sea muy pequeño, o que haya coacción o algún otro mecanismo especial para hacer que las personas actúen por su interés común, las personas racionales y egoístas no actuarán para lograr sus intereses comunes o de grupo" (La Lógica de la Acción Colectiva: Bienes Públicos y la Teoría de los Grupos). Dado que la acción colectiva implica incurrir en costos y como los beneficios a obtenerse por medio de la acción suelen ser indivisibles (bien público), entonces aparece el problema del gorrero (free rider problem). Los individuos optarán por no intervenir en la acción puesto que igual se beneficiarían de ésta sin necesidad de incurrir en costo alguno. Bajo estas condiciones, una protesta será más exitosa en tanto se resuelva más eficientemente estos problemas de acción colectiva.

¿Por qué entonces se protesta más ahora habiéndose mantenido la desigualdad constante? La respuesta simple es que es más rentable hacerlo ahora que hace un tiempo atrás. Dada la bonanza económica, el Estado cuenta con más recursos. Al haber más recursos, el beneficio esperado de una acción colectiva es mucho más alto que, digamos, durante la crisis de fines de los noventas cuando el Estado peruano estaba empobrecido y en donde si hubo un incremento de la desigualdad. Adicionalmente, la bonanza también contribuye a “financiar” la protesta social, puesto que la acción colectiva implica incurrir en costos. Con más recursos en los bolsillos, la gente puede –además de cubrir mejor sus necesidades básicas- financiar su participación en acciones colectivas. No es casualidad que las acciones colectivas mas exitosas hayan ocurrido en las regiones menos pobres del país.

Por otro lado, hay que tomar en cuenta que la penalidad por incurrir en acciones colectivas en el país es bajísima. Los que tomaron el puente Montalvo en Moquegua sabían bien que no les pasaría nada a pesar de que estaban cometiendo un delito. Ante un Estado al que le cuesta mucho hacer enforcement para el cumplimiento de la ley, el costo penal de tomar un puente para los que realizan una toma ilegal converge prácticamente a cero.

Para resumir, me parece que la desigualdad tiene poco que ver con las recientes protestas. No en vano son precisamente las regiones menos pobres las que lograr organizar acciones colectivas exitosas. Las razones: a) hay mas recursos para protestar, b) la torta (los recursos fiscales) ha crecido, c) el costo penal de protestar es bastante bajo, d) los problemas de free rider son resueltos de mejor manera pues los recursos obtenidos a partir de la protesta están mas focalizados a grupos específicos (ejm: una región concreta, o un grupo de protesta concreto como los maestros).

El problema de esta lógica redistributiva, es que los grupos más pobres son los que menos se benefician. Moquegua no es Huancavelica, no en vano tiene unos de los PBI per-capita más altos del país. Los más pobres son más numerosos y la tienen más difícil a la hora de resolver sus problemas de acción colectiva, por tanto es poco lo que pueden obtener de las pujas redistributivas que observamos en la actualidad. Por esta razón, no veo porque alguna izquierda puede celebrar (ver este artículo de Javier Diez Canseco) estas pseudo victorias como si fuesen una gran gesta popular, cuando lo que esta pasando en la actualidad es que estamos siendo testigos de peleas entre bien alimentados por un pedazo mas grande de la torta en frente de los mas hambrientos que no tienen tantos recursos como para organizar acciones colectivas exitosas.

sábado, 21 de junio de 2008

Todo lo sólido se desvanece en el aire: sobre Marx y la justicia distributiva (II)

Marx, al igual que los clásicos, consideraba que el trabajo era la fuente de valor de todas las mercancías. Sin embargo, a pesar de ello, el trabajador no recibe el valor total producido. El capitalista toma para sí una parte de este valor producido en la medida que ejerce relaciones de propiedad sobre los medios de producción usados para crearlo, lo cual le permite organizar el proceso productivo y decidir la distribución del excedente. Esto, que a primera vista parece tener sentido, es lógicamente insostenible puesto que se enfrenta a una limitación fundamental que no había podido ser resuelta por los economistas clásicos: explicar el origen del beneficio en una economía en donde las mercancías se intercambian por el tiempo de trabajo incorporado en ellas. Si bien es cierto que existen diferencias sustantivas entre los autores sobre lo que estos entienden por “tiempo de trabajo”, para efectos de esta discusión no será necesario ahondar más al respecto. Bastara mencionar que Smith habla sencillamente de “tiempo de trabajo”, mientras que Ricardo y Marx hablan respectivamente de “tiempo de trabajo necesario” y “tiempo de trabajo socialmente necesario”.

Esta cuestión era sin duda fundamental. Si en una economía todas las mercancías se intercambian por el tiempo de trabajo necesario para producirlas, ¿cómo se origina entonces la ganancia? ¿Se originaría esta en el proceso de circulación? Esto podría ser posible sólo en casos excepcionales y únicamente de manera temporal pues, en la medida de que los otros productores se percatasen de que existe la posibilidad de colocar su producto con un valor situado por encima del tiempo de trabajo que le cuesta producir una mercancía, se acabaría la oportunidad de ganancia excepcional al presionar la mayor oferta de producto a la caída del precio de mercado hasta alcanzar su nivel de equilibrio. Formalmente, podemos decir que si la circulación capitalista tiene la forma D-M-D’, donde D’=D+d, ¿cuál es el origen de d si MA(L)=MB(L), donde L representa el tiempo de trabajo de la mercancía MA y la mercancía MB?

Si no es la circulación, entonces la única respuesta posible a nuestro alcance es que la ganancia se origine en el proceso de producción. Para ello Marx se va apoyar en su teoría de la plusvalía, la cual, a decir de los teóricos de vena marxista, resuelve la paradoja que mencionábamos, brindándonos de esta forma, la pieza faltante en este intrincado rompecabezas.

Veamos ahora el razonamiento básico de esta propuesta. De acuerdo con Marx, en la sociedad capitalista se intercambian mercancías en función del tiempo de trabajo socialmente necesario para producirlas. La fuerza de trabajo del obrero, es decir, su capacidad de trabajo, es una mercancía mas en el capitalismo y como tal es intercambiada por el valor de los medios de subsistencia necesarios para el mantenimiento y reproducción de la misma. Esta mercancía es adquirida por el capitalista en el mercado de trabajo y es llevada por este al proceso productivo en donde es utilizada para la producción de otras mercancías. Bastaría solo con una fracción de la jornada laboral para que el obrero genere un valor equivalente al valor de los medios de subsistencia necesarios para su reproducción social representado por el salario que le paga el capitalista. Sin embargo, el capitalista paga al obrero por una jornada completa de trabajo, creando por lo tanto este último más valor del necesario para cubrir el costo que le representa el capitalista. A este valor adicional Marx lo denominó Plusvalía.

Así, en el capitalismo-según Marx-la clase propietaria vive a expensas del valor creado por la clase trabajadora. La ganancia apropiada por el capitalista en razón de su propiedad sobre los medios de producción existe en un contexto en donde se intercambian mercancías por tiempo de trabajo socialmente necesario equivalente. Como menciona la economista británica Joan Robinson, Marx en esta etapa “...no acusa al capitalismo a la manera del idealista ingenuo que considera a la explotación como un robo. Por el contrario, con un sarcasmo lógico, defiende al capitalismo. No hay estafa, todo se cambia a su valor, tal como es correcto y justo. No es el valor que produce lo que se le debe al trabajador, sino el que cuesta, lo que se le debe al trabajador” (Robinson 1966, pág. 44).

De esta manera, es clara la relación que existe entre la teoría del valor marxista y la teoría de la explotación. De hecho, esto nos permite decir ya un rasgo clave de la teoría marxista: los resultados distributivos se hallan fuertemente condicionados por las relaciones de propiedad establecidas sobre los recursos productivos, en particular los medios de producción. Es decir, gracias a su condición de propietaria de los medios de producción, la clase capitalista puede vivir a expensas del valor producido por la clase trabajadora desposeída de dichos medios, y es dicha condición la que le permite decidir la distribución del excedente generado.

Sin embargo el argumento marxista no queda aquí. Marx va mas allá al considerar que este conjunto de relaciones sociales establecidas a propósito de la producción de mercancías conjuntamente con la contradicción de clases y el incesante desarrollo de las fuerzas productivas determinan tanto el conjunto de las instituciones, ideas y practicas de naturaleza jurídica, política, religiosa, artística y filosófica que caracterizan tanto a una determinada época como el proceso que deriva en el cambio social de una etapa histórica a otra.

En el justamente famoso prefacio a su Contribución a la Crítica de la Economía Política (1959) Marx delinea esta idea como sigue:

“El resultado general a que llegue y que, una vez alcanzado, sirvió de hilo conductor en mis estudios, puede formularse brevemente de la siguiente manera. En la producción social de su vida, los hombres entran en determinadas relaciones necesarias e independientes de su voluntad, relaciones de producción que corresponden a una determinada fase de relaciones de producción que corresponden a una determinada fase de desarrollo de sus fuerzas productivas materiales. El conjunto de relaciones de producción forma la estructura económica de la sociedad, la base real sobre la que se levanta la superestructura jurídica y política y a la que corresponden determinadas formas de la conciencia social. El modo de producción de la vida material condiciona el proceso de la vida social, política e intelectual en general. No es la conciencia del hombre la que determina su ser, sino, por el contrario, es su ser social el que determina su conciencia.” (Marx 1973 [1859], pág. 8 y 9).

Así, en el capitalismo, la clase capitalista no sólo es propietaria de los medios de producción, lo cual le otorga la capacidad de decidir como se distribuye el excedente, sino que, además, estas relaciones de propiedad les permite el ejercicio del poder político, el control del aparato estatal y la imposición de un conjunto de ideas y valores consistentes con su predominio de clase. De esta manera, las relaciones de propiedad son las determinantes últimas de la distribución del excedente económico y de otros recursos valiosos relacionados con el acceso al poder político e inclusive la cultura.

Del análisis marxista es sencillo desprender que una condición necesaria para la eliminación de las desigualdades sociales consiste en la supresión de las relaciones de propiedad establecidas sobre los recursos productivos. Este proceso seria-según Marx- una consecuencia necesaria del proceso de evolución del capitalismo debido a la lógica de la búsqueda de ganancia que guía las decisiones de producción de los capitalistas.

De acuerdo con Marx, es gracias a esta lógica que el capitalismo revoluciona constantemente las fuerzas productivas. El cambio social estará ad portas cuando en un determinado nivel de desarrollo de las fuerzas productivas estas entren en contradicción con las relaciones sociales de producción vigentes. Al ser estas últimas un obstáculo al desarrollo de una nueva forma de organización social, el transito de una etapa histórica a otra solo será posible por medio de una revolución social.

Marx y Engels estaban convencidos que en la sociedad capitalista, al revolucionarse constantemente los medios de producción, estos cambios serian más dinámicos y constantes. En el Manifiesto del Partido Comunista (1848) graficarían este dinamismo de la siguiente forma:

“Todas las relaciones estancadas y enmohecidas, con su cotejo de creencias e ideas veneradas durante siglos, quedan rotas, las nuevas se hacen añejas antes de llegar a osificarse. Todo lo estamental y estancado se esfuma; todo lo sagrado es profanado, y los hombres, al fin, se ven forzados a considerar serenamente sus condiciones de existencia y sus relaciones reciprocas.” (Marx y Engels1988[1848], pág. 40).

Así, en el proceso de su evolución el sistema capitalista desarrolla las contradicciones internas que en algún momento habrán de derivar en su negación, dialécticamente hablando, y su superación por un esquema de organización económica y social superior. El capitalista, al buscar la máxima ganancia, invierte cada vez mas en técnicas de producción intensivas en capital. Asimismo, esta acumulación de capital no seria posible sin revolucionar constantemente las fuerzas productivas y los medios de producción. El resultado será la conformación del ejército industrial de reserva.

Así, a medida que se desarrolla el capital, el trabajo tiende a subdesarrollarse. Esta contradicción-según Marx- es la que llevará al capitalismo, tarde o temprano, a su extinción. El capitalista se enfrentará con un problema de escasez de mercados pues, al adoptar tecnologías cada vez más intensivas en capital, no solo ahorrara mano de obra sino que perderá también potenciales clientes. Los trabajadores serán excluidos del mercado laboral, lo que a su vez los excluirá del mercado de bienes. Aquí radica una de las grandes contradicciones del capitalismo pues lo que le resulta rentable individualmente a cada capitalista (implementar tecnologías ahorradoras de trabajo) les resulta colectivamente adverso (reducción de mercado). Con el tiempo, los elevados niveles de exclusión laboral harán inviable al capitalismo y los trabajadores no tendrán “...nada que perder...más que sus cadenas” (Marx y Engels 1988[1848], pág. 74). La revolución social estará a la vuelta de la esquina.

viernes, 20 de junio de 2008

Entrevistando a científicos sociales: Daron Acemoglu

Hoy día inauguro una nueva sección en este humilde blog: entrevistas a científicos sociales, fundamentalmente economistas. En lo personal, encuentro este tipo de aproximación interesante. Recuerdo que hace unos años, cuando aun estaba en la universidad, participe de una entrevista televisada a Richard Webb en el canal del Estado. En aquella ocasión, el entrevistador era otro economista, Pablo Secada, y el publico estaba conformado por estudiantes de economía de las principales universidades de Lima. Me pareció muy interesante la experiencia, porque uno puede hacerse una mejor idea sobre la obra de un autor si entiende un poco las motivaciones que hay detrás. Además, dado que la entrevista era realizada por otro economista, la orientación de la misma era muchísimo más interesante de lo que uno eventualmente se encuentra cuando lee entrevistas hechas por no iniciados. Desde aquella ocasión, quede muy interesado por lo que los epistemólogos llaman “sociología de la ciencia”.

La idea de esta nueva sección es compartir con ustedes alguna entrevista realizada por algún científico social a algún colega suyo que este contribuyendo a expandir la frontera del conocimiento. Dado que hace unos días publique un post sobre la literatura de frontera que estudia el rol de las instituciones sobre el desarrollo mediante el uso de estrategias empíricas sofisticadas, el día de hoy empezare compartiendo una entrevista hecha por Brian Snowdon a Daron Acemoglu, ganador de la medalla Bates y candidato de peso al premio Nobel de Economía en el futuro, una de las autoridades mundiales en esta literatura. La entrevista apareció en la edición de abril-junio del 2004 de la revista World Economics, una revista de relativamente difícil acceso. Es bastante largo el texto (49 paginas!), pero vale la pena porque incluye un buen resumen de la literatura hecha por el autor de la entrevista. Disfrútenla!

Explaining the "Great Divergence"

I understand from reading your CV that you were educated at the University of York and the LSE in the UK. What attracted you to study economics? Did anyone or anything in particular inspire your interest?

What inspired me to become an economist is, by a strange coincidence, exactly the same as what I am working on right now. I became interested in politics and economic development, both from an historical perspective and from the point of view of trying to understand what was happening to poor countries around the world. This was when I was a high school student in Turkey. I started to read a lot of historical literature and also the Marxist and dependency school literature. That was very appealing at the time and I was drawn into economics because I wanted to know more. When I first went to York I began to study Politics and Economics because I believed that both disciplines were necessary in order to understand development problems. After about six months or so I found that I was becoming increasingly drawn towards economics. Undergraduate politics can be a lot of fun but I found it a little bit frustrating because there was little sense of what was right and what was wrong. The ideas were more open. That is not a shortcoming per se but at that time I wanted answers.

When my Professors disagreed with my arguments I could not understand why. So I switched to economics. Within economics I was slowly drawn towards the more macro topics like unemployment and growth. But I never lost my interest in development and political economy issues. That was always there in the background. After a while I started revisiting these topics.

Were there any particular economists who influenced you?

There is no one person who has influenced me throughout my career but there have been specific people at certain points in time. Although I found their work difficult at the time, I was influenced by the formal and rigorous approaches of Kenneth Arrow, Gerard Debreu and Paul Samuelson.

Later, when I turned to labour economics and human capital, Gary Becker was a major figure. When I started working on political economy the work of Bob Bates influenced me enormously.


Descargar la entrevista completa aqui

jueves, 19 de junio de 2008

Sobre el Marxismo Analítico y algunos Mitos del Socialismo

A pedido de algunos lectores, comparto alguna información relevante sobre algunos intelectuales de vena marxista o socialista cuyos trabajos son respetados y gozan de amplia aceptación en la academia debido a su rigor científico y honestidad intelectual. Entre ellos podemos contar:

1) G.A. Cohen, profesor de filosofia del All Souls College de la Universidad de Oxford (No tiene pagina web, consigno su entrada en Wilkipedia http://en.wikipedia.org/wiki/G.A._Cohen).

2) John E. Roemer, profesor de economía y ciencia política de la Universidad de Yale (http://pantheon.yale.edu/~jer39/).

3) Adam Przeworski, profesor del departamento de ciencias políticas de la New York University (http://www.nyu.edu/gsas/dept/politics/faculty/przeworski/przeworski_home.html)

4) Samuel Bowles, profesor emerito de economia de la Universidad de Massachussets y academico del Santa Fe Institute (http://www-unix.oit.umass.edu/~bowles/)

5) Herbert Gintis, profesor de economia de la Universidad de Siena y académico del Santa Fe Institute (http://www-unix.oit.umass.edu/~gintis/)

6) Pranab Bardhan, profesor de economia del la Universidad de California en Berkeley (http://globetrotter.berkeley.edu/macarthur/inequality/Bardhan.html)

7) Erik Olin Wright, profesor de sociología de la Universidad de Wisconsin en Madisson ( http://www.ssc.wisc.edu/~wright/)

8) Jon Elster, profesor del Departamento de Filosofía de la Universidad de Columbia (http://www.columbia.edu/cu/philosophy/fac-bios/elster/faculty.html Ademas encontre esta web con alguna información de Elster http://www.geocities.com/hmelberg/elster/elster.htm)

Ellos, y otros más, forman o formaron parte de una corriente conocida como el “marxismo analitico”. Voy a aprovechar que hay una buena descripción de esta corriente en wilkipedia para ahorrarme comentarios al respecto (http://en.wikipedia.org/wiki/Analytical_Marxism ). Ellos también se denominaban asi mismos como "Non-Bullshit Marxism", y supongo que calificarían como “Bullshit Marxism” o “Bullshit Socialism” ala producción de algunos intelectuales latinoamericanos como Atilio Boron.

Además, comparto con ustedes este articulo de Roemer, titulado “Socialism: A Modern Perspective” (http://pantheon.yale.edu/~jer39/Socialism.Palgrave.pdf ), por aparecer en The New Palgrave Dictionary of Economics, editado por L. Blume y S. Durlauf. En el Roemer hace un interesante análisis de las posibilidades reales del socialismo. En particular, hay algunos mitos del socialismo que Roemer analiza que ameritan la atención de los socialistas vulgares (sobre todo esa mancha de despistados que se denominan animismos como socialistas del siglo XXI) y que a mi entender son los siguientes:

a) El socialismo –en el sentido marxista- se define en términos de relaciones de propiedad y de la eliminación de la explotación capitalista entendida como la apropiación de los excedentes generados por los trabajadores. Por tanto, de la definición no se desprende que esta tenga que ver con la plena realización de la libertad humana y otros atributos que suelen asociarse al concepto. Si esta relacion existiese, debería ser motivo de un análisis conceptual mas profundo pues la evidencia demostró que, por el contrario, empíricamente el socialismo se ha asociado a la supresión de las libertades.

b) La eliminación de la explotación capitalista no significa en ningún caso la eliminación de las desigualdades de ingresos. Ello ocurre en Marx debido a que considera en su análisis a los trabajadores como homogéneos. Sin embargo, si reconocemos que los trabajadores son heterogéneos en sus habilidades y su capital humano, entonces la desigualdad de ingresos no desaparece bajo el socialismo. Como dice Roemer, la creencia de que el socialismo implicaría la eliminación de las desigualdades es bastante optimista.

c) La discusión sobre la falta de incentivos y la falta de coordinación de los mecanismos de asignación utilizados por el socialismo es bastante iluminante, por lo que recomiendo leerla con especial atención.

En fin, mejor que cada uno se forme su propia impresión a partir de la lectura. Aunque Roemer es socialista, claramente es consciente de las limitaciones que hay para implementar un esquema socialista en el plano económico, plano que a mi entender es en donde hay más vacíos para una propuesta política socialista moderna. Un libro en donde Roemer discute una propuesta al respecto, y que menciona en la lectura, es Un Futuro para el Socialismo (hay edición española creo).

Bueno estimados, servidos.

martes, 17 de junio de 2008

Todo lo sólido se desvanece en el aire: sobre Marx y la justicia distributiva (I)

Son muy pocas las doctrinas que como el marxismo han logrado, a lo largo de la historia, movilizar los esfuerzos de miles de hombres en el afán de construir una sociedad mejor. Inspirados en las ideas de Marx, intelectuales, obreros y políticos de muchos países del planeta llevaron acabo experimentos de transformación social con el propósito de alcanzar la promesa de bienestar social explicito en el mensaje del considerado hombre más influyente del milenio, con los resultados por todos conocidos.

Sin embargo, y más allá del patente fracaso de estas experiencias, no cabe duda que el credo marxista traía consigo un mensaje fuertemente igualitario. La condena de Marx a la sociedad capitalista de su época no hubiera tenido sentido si no hubiera sido testigo presencial de los efectos negativos asociados a la revolución industrial. Las extensas jornadas de trabajo, las condiciones inhumanas del mismo y los magros salarios eran parte de un cuadro desolador que Marx trató de comprender en un principio y luego transformar.

Ciertamente, dicho mensaje igualitario no deja de ser seductor en la actualidad. De hecho, algunos sectores (sobre todo la izquierda) se sienten poseedores de cierta superioridad moral frente a otros sectores políticos por esta razón. Tengo la hipótesis de que dicha vocación igualitaria del marxismo (y por extensión del socialismo marxista) esta mal planteada y que disponemos en la actualidad de teorías de justicia distributiva más potentes que la que se basa en Marx. Como no hay mejor forma para cuestionar una teoría rival que conociéndola, me animo a escribir sobre un tema tan complejo y apasionante, a riesgo de ser criticado por los amantes de la Vulgata marxista.

Este mensaje igualitario puede ser considerado a su vez como uno de los alegatos más contundentes contra la desigualdad generada por el sistema capitalista. De hecho no es exagerado afirmar que en todas las teorías de vena marxista la motivación central la constituye la denuncia moral, explícita o implícita, de las disparidades en la distribución del bienestar que deriva del funcionamiento del sistema. Por esa razón, quiero discutir en una serie de posts la visión de justicia distributiva que se desprende de los escritos de Marx, y trazar la evolución del pensamiento de Marx en este respecto. Más importante aun, me parece discutir las visiones de justicia de los seguidores modernos de Marx, como es el caso de los marxistas analíticos. Me basaré en las contribuciones de los analíticos pues considero que el resto del marxismo puede ser categorizado –siguiendo a los mismos marxistas analíticos- como bullshit.

Decía que la condena moral de las desigualdades engendradas por el capitalismo es consustancial al marxismo. Es en los escritos del propio Marx en donde ello se manifiesta con mayor claridad. Su evolución teórica es un notable esfuerzo por develar la "anatomía de la sociedad burguesa", esfuerzo que transita desde la critica moral y filosófica de la desigualdad, presente en sus primeros escritos, hacia un análisis con pretensión científica del modo de producción capitalista, presente en su obra económica de madurez, en particular en Das Kapital.

En su primera etapa la condena marxista del capitalismo se apoya en la filosofía. La influencia hegeliana es decisiva en este periodo, en particular la crítica realizada por Hegel al capitalismo a causa de su negatividad, critica que es asumida por Marx casi sin reservas. La sociedad capitalista, según este autor, esconde bajo la apariencia de orden y armonía un esquema de organización social claramente irracional. Para el joven Marx, como para su maestro Hegel, la sociedad burguesa ofrece un espectáculo de miseria física y moral bajo la apariencia de interés común. La división del trabajo y la propiedad privada en que se fundamenta el capitalismo traen consigo el agrandamiento de las diferencias entre los hombres, el embrutecimiento de los trabajadores y un incremento de su dependencia frente al capital. En suma, la sociedad burguesa tiene como condición, según el joven Marx, la miseria de la gran mayoría.

Sin embargo, el distanciamiento de Hegel no se hizo esperar. Marx no aceptaba la salida propuesta por su maestro quien encontraba en el Estado el medio a través del cual habría de superarse la negatividad de la sociedad burguesa, constituyéndose así en el mecanismo que aseguraría la "realización de la libertad" de los individuos. Por el contrario, el Estado, que debería velar por el interés general, parece obrar-según Marx- sólo en defensa de la propiedad privada.

De esta forma, tanto Marx -como Engels- encuentran en la propiedad privada el fundamento de la irracionalidad de la sociedad burguesa y el origen de las desigualdades que la caracterizan. En los Comentarios a la Obra de James Mill y en los Manuscritos Económico-Filosóficos de 1844 Marx realizó una severa critica de la propiedad privada que puede ser resumida, siguiendo a Ureña (1977), en los siguientes términos:

Una economía basada en la propiedad privada tiene como presupuesto fundamental el que el hombre individual produce únicamente para tener la mayor cantidad posible de productos, es decir, tiene un fin egoísta y está alentada por la 'codicia'; igualmente, el intercambio de productos tiene como única finalidad el enriquecimiento egoísta propio, es decir, el intercambio tiene como ley el engaño mutuo, la explotación mutua, la guerra entre codiciosos, en una palabra: la 'concurrencia'; el productor individual que, necesitando sólo un par de zapatos para calzarse asimismo, produce mil pares, no lo hace por el gozo humano de poder así calzar a mil de sus semejantes, sino sólo por el motivo de 'intercambiarlos' contra otras cosas y 'tener' así más y más. Con esto Marx cree descubrir el verdadero significado de la propiedad privada burguesa: bajo sus presupuestos el trabajo es un trabajo alienado, egoísta, inhumano.”

Así, en la sociedad capitalista la división del trabajo tiene por fin producir mercancías para el intercambio y no para la satisfacción de las necesidades. El trabajo humano pierde entonces todo carácter social y los individuos se relacionan entre ellos en tanto poseedores de mercancías y no como seres humanos. He aquí la irracionalidad de esta sociedad según Marx: el mundo de las cosas cobra más relevancia que el mundo de los seres humanos. El trabajo humano es así un trabajo alienado.

Marx profundiza su crítica analizando con mayor detalle la alienación del trabajo humano, acercándose a lo que seria luego su teoría de la explotación, base fundamental de la crítica marxista a las desigualdades que genera el sistema. El concepto de alienación que desarrolla en los Manuscritos Económicos-Filosóficos de 1844 tiene un contenido socioeconómico profundo, lo cual lo aleja de la naturaleza filosófica del concepto que Marx había tomado en un principio de Hegel, Schelling y Feuerbach. En Marx, el hombre alienado ya no es aquel ser desgarrado que se aferra a un mundo religioso o especulativo. Es ahora el miembro de una sociedad imperfecta, una sociedad deshumanizada, una sociedad que es inhumana-según Marx- en la medida en que el trabajo de sus miembros, el mismo que debería permitir el desarrollo pleno de éstos, es un trabajo alienado, un trabajo que no produce para sí ni para la satisfacción de las necesidades humanas (Mandel 1969, pág. 24-25). Este análisis lleva a Marx a precisar con mayor claridad al principal perjudicado de este trabajo alienado y alienante: el proletario.

En los Manuscritos Económicos-Filosóficos de 1844 Marx expresaba esta idea en los siguientes términos:

Partimos de un hecho económico 'contemporáneo'. El obrero se vuelve tanto más pobre cuantas más riquezas crea....El obrero se convierte en una mercancía tanto más barata cuantas más mercancías produce. La 'devaluación' del mundo humano aumenta en proporción directa a la 'supervaloración' del mundo de las cosas. El trabajo no produce solamente mercancías; se produce también así mismo y al obrero como 'mercancía', y esto precisamente en la medida en que produce mercancías”.

Así, mientras tanto más trabaja el obrero tanto más crea un mundo de objetos que le son hostiles y le aplastan (Mandel 1969, pág. 29).

En el proceso de su evolución teórica Marx logra descubrir cuales son, a su entender, las causas últimas de la alienación del trabajo humano. Marx encuentra que son la división del trabajo y la producción mercantil, conjuntamente con la propiedad privada, las raíces de la alienación.

En otro pasaje del mismo manuscrito a propósito de esto Marx escribiría:

“...mientras la división del trabajo eleva la fuerza productiva del trabajo y la riqueza y el refinamiento de la sociedad, empobrece al trabajador hasta equipararle a una maquina. Mientras que el trabajo trae consigo la acumulación de capitales y con ello el bienestar creciente de la sociedad, hace al trabajador cada vez más dependiente del capitalista”.

De esta forma, el trabajo alienado es aquel trabajo que-según nuestro autor-no es propietario del producto generado; es el trabajo que produce para enriquecer a otros. En otras palabras, y de acuerdo con este enfoque, es aquel trabajo que refleja la división de la sociedad en dos clases antagónicas, la existencia de una marcada contradicción entre el trabajo y el capital, y la presencia de la propiedad privada sobre los medios de producción como el arreglo social fundamental en la sociedad capitalista. En suma, una sociedad basada en la explotación del hombre por el hombre, la explotación del proletario en manos del capitalista.

Hasta aquí resulta claro que para Marx el sistema capitalista se fundamenta en una relación de intercambio desigual, y por lo tanto injusta, entre el proletario desposeído de los medios de producción y el capitalista cuya propiedad privada sobre estos medios le permite imponer condiciones a la hora de distribuir los frutos del proceso de creación de riqueza. Esta relación de intercambio desigual tiene su origen–según Marx-en la lógica del sistema, orientada a la producción de mercancías para el intercambio mercantil y no en la producción de valores de uso para la satisfacción de las necesidades. Esto nos lleva a la famosa teoría del valor que Marx delinea en su trabajo de madurez, fundamentalmente en su obra magna, Das Kapital, la cual, a pesar de su pretensión científica, esta llena de una carga normativa implícita.

lunes, 16 de junio de 2008

Las espinas de Durand

Simple y atractivo; engañoso”. Así empieza el último artículo del sociólogo Francisco Durand, disponible en el blog de Actualidad Económica. Confieso que lo empecé a leer emocionado, pensando que el autor ofrecería una crítica sustentada al discurso oficial, según el cual las cosas marchan bien en el Perú.

Prosigue el autor:
Estamos frente a un ídolo de autoridad: creer en algo si alguien importante lo dice. Para alejarnos del ídolo, preferimos ver otros indicadores y mejores métodos. Contra lo que afirma el discurso oficial, descubrimos que la bonanza oculta serios problemas del propio modelo económico y los refuerza.” (los subrayados son míos)

Mi emoción se desborda. ¿Qué será? ¿Nueva evidencia? ¿Mejores indicadores alternativos? ¿Hipótesis más audaces que den cuenta del fenómeno de interés? ¿Cuál es el gran descubrimiento que Durand, cual oráculo moderno, ofrece revelar? Veamos:

Un análisis realista debe empezar entendiendo que el modelo neoliberal criollo centra el crecimiento en oligopolios y oligopsomios en su mayoría extranjeros que concentran y concentran el poder económico. Persistir en el modelo es reforzar estos rasgos, impidiendo el verdadero crecimiento con bienestar y bloqueando las oportunidades para todos. Los monopolios, y sus defensores, que los consideran intocables, impiden el desarrollo empresarial nacional acelerado de las pequeñas y medianas empresas y una más efectiva y permanente reducción de la pobreza.” (los subrayados son míos)

Desilusión. Ok, monopolios y oligopolios. ¿Que más? ¿Eso es todo? ¿Dónde esta la evidencia? Veamos otra vez:

Para ver mejor esta dura realidad cambiemos el método palaciego y empresarial del jardín (mirar solo los casos de éxito, las flores) por otro panorámico (que también mire a la hierba mala). El análisis de la cúpula del poder económico y ciertos indicadores nos habla de bonanza con asimetrías y problemas. Tatsuya Shimizu (Instituto de Desarrollo Económico de Tokio) comprueba que entre 1987 y el 2001 las multinacionales del Perú pasaron de 25 empresas a 41 de las top 100 y que su porcentaje de ventas subió de 20.6% a 48.5%. Igual tendencia se observa en América Latina según informes de la CEPAL, indicando una fuerte extranjerización económica entre las empresas top. En el Perú es más extrema, hay menos éxito nacional y más posibilidades de nacionalismo económico.” (los subrayados son míos)

A ver. Según Durand, hay más extranjerización dentro de los grupos de poder económico y presenta cierta evidencia al respecto. Bueno, ¿y cual es la critica entonces? ¿Por qué el modelo esta mal? O, mejor dicho, ¿Cuál es la relación existente entre extranjerización y la debilidad del modelo económico por un lado y el progreso mostrado por el país en términos de crecimiento económico y reducción de la pobreza?

Tal y como esta planteado, pareciera que Durand cree que existe una especie de juego de suma cero entre el capital extranjero y el local, y que la presencia del primero inhibe el desarrollo de este ultimo. Si es así, ¿Cuál es la evidencia? Y si fuera cierto, ¿Cuál es la relación entre el grado de concentración del gran capital y el desarrollo de las pequeñas empresas? ¿A través de que mecanismos el gran capital bloquea el desarrollo de las pequeñas? El autor no ofrece ideas al respecto, solo nos dice que el modelo impide el verdadero crecimiento y bienestar sin argumentar porque. Solo nos queda creerle. Puro acto de fe.

La concentración del capital en pocas manos en un fenómeno generalizado en las sociedades capitalistas, y –a pesar de ello- muchos países han obtenido avances sostenibles en la reducción de la pobreza. Si esto es así, no me queda claro como es que dicho fenómeno si tendría que tener efectos perversos sobre la reducción de la pobreza en el Perú, tal y como sugiere el articulo de Durand. ¿Dónde esta la evidencia? El autor no es claro en establecer sus hipótesis y mucho menos presenta evidencia sólida que respalden sus apreciaciones. No es, en ese sentido, muy distinto a lo que hacen los propagandistas del régimen.

Gato por liebre. Durand empieza su articulo ofreciéndonos una mirada alternativa, un mirar las espinas y no solo las rosas del modelo. Al final, solo nos ofrece evidencia de que hay un proceso de extranjerización en la cúpula de los grupos de poder económico en el país. El autor asume que ello es malo per se, pero no ofrece hipótesis transparentes ni mucho menos evidencia sobre las relación entre esa extranjerización y el supuesto bloqueo que ella ejerce sobre la expansión de las pequeñas empresas y la reducción de la pobreza. ¿Dónde están las hipótesis? ¿Dónde están los datos? ¿En donde está el mejor método que nos ofreció al autor al principio de su artículo?

Simple y atractivo; engañoso”. Una buena forma de describir el articulo de Durand. ¿No creen?

domingo, 15 de junio de 2008

¿Es posible establecer una relación causal entre el Consenso de Washington y la performance económica post-reformas?

Un lugar común que uno suele encontrar en las criticas a las políticas del Consenso de Washington tiene que ver con la idea que con el modelo estatista basado en la industrialización por sustitución de importaciones (ISI) hubo mayor crecimiento económico y más equidad. A partir de una simple comparación entre las tasas de crecimiento y alguna medida de desigualdad del periodo estatista y el periodo liberal, se concluye apresuradamente que el modelo de las ISI fue más efectivo que el vigente. De esta manera, se pretende evaluar la performance de la estrategia liberal seguida por las países de la región en las ultimas dos décadas.

Declaro de partida que tengo mis reparos con las políticas del Consenso de Washington, pero quiero aprovechar la ocasión para hacer notar lo defectuoso que resulta el tipo de razonamiento como el presentado líneas arriba. La comparación, tal y como es realizada, es una forma muy grosera de evaluar la performance de una estrategia de desarrollo. Lo ideal, en términos teóricos, consiste no en hacer la comparación entre las dos estrategias mencionadas, si no más bien preguntarnos cual hubiera sido la performance de la región en ausencia de las reformas de mercado (lo que se conoce en la literatura como escenario contrafactual) y compararlo con la situación con reformas. Esto es un poco difícil de entender de esta manera, así pasaré a explicar de mejor forma los fundamentos teóricos de esta forma de razonar. Dado que he estado discutiendo sobre socialismo, voy a aprovechar para ilustrar mi punto a partir de la experiencia de un país con instituciones socialistas como Corea del Norte.

La idea básica es mas o menos la siguiente. Cuando uno esta interesado en evaluar la efectividad de un nuevo tratamiento para una enfermedad, uno procede por medio de un diseño experimental en donde se selecciona –dentro de una población homogénea en todos los sentidos- a un grupo al que se le aplica el tratamiento y otro grupo, denominado de control, al cual no se le administra el mismo (usualmente solo se le aplica lo que se conoce como un placebo). Para evaluar la efectividad del tratamiento, solo se evalúa el resultado promedio entre los dos grupos y si este es positivo se puede establecer que el tratamiento es efectivo.

Esta descripción básica es la que subyace en la moderna teoría estadística para la identificación de efectos causales, cuyo principal exponente es el estadístico de la Universidad de Harvard, Donald Rubin. La idea del enfoque de Rubin (conocido como el enfoque de resultados potenciales o potential outcomes en ingles) es que la identificación de un efecto causal depende de la posibilidad de construir un escenario contrafactual, es decir, poder establecer que hubiera pasado con la unidad tratada si es que esta no hubiera sido tratada, por ejemplo, que hubiera pasado con el crecimiento económico de Cuba (o sea, el outcome de interés) si es que esta no hubiese experimentado la introducción de instituciones socialistas (es decir, el tratamiento). El efecto causal seria simplemente la diferencia de la situación con tratamiento (cuba revolucionaria) versus la situación sin tratamiento (cuba si es que no hubiesen aparecido Fidel y compañía). Dado lo demás constante, la diferencia en términos del outcome de interés seria atribuido exclusivamente al tratamiento puesto que, al concentrarnos en una misma unidad y por tanto con todos los demás factores no observables controlados, no existe algún otro factor que pueda explicar la diferencia en el outcome. Lamentablemente, no es posible observar en la realidad a la misma unidad siendo sometida tanto al tratamiento como a la ausencia del tratamiento, que es lo que se conoce en la literatura como el “problema central de la inferencia causal”. De ahí que toda la literatura estadística en este tópico se concentre en desarrollar estrategias empíricas para la construcción de escenarios contrafactuales en entornos no experimentales, como el que claramente nos encontramos en las ciencias sociales.

En ausencia de entornos experimentales, es difícil poder atribuir un outcome de interés a una causa determinada. Para seguir con mi ejemplo cubano, es muy difícil saber si es que los logros en materia de salud y educación de Cuba no hubiesen sido mejores en un escenario contrafactual en donde no hubiese ocurrido la revolución cubana y por el contrario se hubiese optado por una democracia. Como deben saber, existe abundante evidencia empírica que sostiene que los logros en materia de salud y educación esta asociados a la profundidad de los regimenes democráticos, y el mismo Amartya Sen ha sugerido que allá en donde habían democracias como la India se previnieron las hambrunas, mientras que no ocurría en la China comunista y dictatorial en donde las hambrunas fueron feroces aun cuando no había escasez de alimentos. Tal vez los logros de los que se agarran los socialistas para defender a Cuba fuesen mejores si es que no hubiese triunfado la revolución cubana. Lamentablemente, desde el punto de vista empírico, nunca lo sabremos.

Sin embargo, existe una rama dentro de la literatura que ha tratado de aprovechar cambios institucionales de naturaleza exógena para la identificación de efectos causales. Y es en esa línea en la que se respalda el ejemplo de Corea. A estos cambios exógenos se les conoce en la literatura como experimentos “naturales”, aunque tal vez el uso del adjetivo “natural” pueda llevar a la confusión. La idea de esta literatura es que muchos de los fenómenos interesantes que pretendemos estudiar en las ciencias sociales son endógenos, es decir, difíciles de atribuirlos a un factor causal en particular, mas aun cuando muchos de ellos son de naturaleza no observable. Así por ejemplo, si uno esta interesado en evaluar el impacto de las instituciones socialistas en Cuba sobre su crecimiento se enfrentaría a problemas de doble causalidad (o sea, el crecimiento también afecta a las instituciones), error de medición (como medir la calidad institucional sin tener como referencia a algo que consideremos como “buenas” instituciones) y sesgo de selección (hay países que se auto seleccionan en función a factores no observables, y eso explicaría su crecimiento mas que las instituciones). Dados estos problemas de endogeneidad, hay que buscar exogeneidad a fin de explicar las diferencias observadas en términos del outcome de interés.

El caso coreano ofrece una ventaja única en esa dirección. Antes de la guerra de Corea, las dos coreas constituían una unidad y por tanto compartían los mismos factores observables y no observables. Luego con la división, se produjo una introducción de instituciones de naturaleza claramente exógena. Por un lado, en Corea del Sur se introdujo instituciones de propiedad privada, mientras que en Corea del Norte se experimento lo propio con instituciones socialistas. Siendo homogéneas en cultura, población, y demás factores no observables, es difícil argumentar que las diferencias en términos de crecimiento se debieran a otra cosa que no sean exactamente la diferencia en instituciones de propiedad privada, por lo que tranquilamente puede tomarse a Corea del Norte como el escenario contrafactual para Corea del Sur (es decir, que hubiera pasado con Corea del Sur si se hubiese introducido instituciones de carácter no capitalista) y visceversa. Con los datos de Angus Maddisson (disponibles en su pagina web en la Universidad de Gronigen), reconocido historiador económico, uno puede trazar la divergencia observada en las dos coreas tras su separación. Con esos datos he armado el grafico siguiente (hacer click para ampliar). Las diferencias son significativas. La evidencia sugiere que las instituciones de propiedad socialista son responsables de la mala performance de Corea del Norte.



La nueva economía política moderna y la literatura institucionalista han venido explotando este tipo de entornos no experimentales para identificar el efecto causal de, por ejemplo, las instituciones sobre el crecimiento. De hecho, el ejemplo de Corea se lo tome prestado a Daron Acemoglu, Simon Johnson y James Robinson, probablemente los economistas que están expandiendo más la frontera en esa dirección. Por ejemplo, en un justamente famoso articulo (ver aquí), estos autores aprovechan un “experimento natural”, la introducción de instituciones occidentales en el nuevo mundo por medio de la colonización, para evaluar el rol de las instituciones de propiedad sobre el desarrollo. De acuerdo con ellos, la estrategia de colonización seguida por los europeos estuvo determinada, en parte, por el clima al que se enfrentaban a la hora de colonizar una región. En aquellos lugares en donde la dureza del clima y las enfermedades ambientales se expresaron en altas tasas de mortalidad, los europeos establecieron instituciones de carácter extractivo, esto es, instituciones que no aseguraban la protección de los derechos de propiedad ni protegían a los individuos contra la expropiación del gobierno. El objetivo de estas instituciones se reducía básicamente a transferir los recursos de las colonias hacia los países colonizadores al menor costo posible. Por otro lado, en aquellas colonias con un entorno climático favorable, los colonizadores estuvieron más dispuestos a replicar las instituciones de sus países de origen, poniendo gran énfasis en la protección de los derechos de propiedad y en el establecimiento de contrapesos contra la acción del gobierno. Para estos autores, en los países que fueron colonias han persistido el tipo de instituciones con las que nacieron. Usando una estrategia de variables instrumentales y usando como instrumento la tasa de mortalidad de los colonizadores en el nuevo mundo, los autores estiman que el impacto de las instituciones de propiedad privada sobre el desarrollo es positivo.

Bueno, me desvié un poquito de mi objetivo con esto último, pero creo que la idea clave esta. Tengo la impresión que el caso de Corea ilustra claramente el punto de que la introducción de instituciones de propiedad socialistas tiene un efecto empobrecedor. ¿Es cierto ello en todos los casos? No, por las razones discutidas en el post sobre Popper. Es lo que se conoce en esta literatura como “problema de validez externa”, esto es, no podemos extender acríticamente los resultados de este caso a otras situaciones concretas. Volviendo a mi punto sobre las críticas al Consenso de Washington, espero que haya quedado claro que me parece inadecuado evaluarlo del modo que se suele hacer. Lo correcto seria tratar de establecer un escenario contra-factual, es decir, tratar de establecer que hubiera pasado en la región si es que no se hubiera optado por las reformas de mercado. ¿Hubiésemos crecido más? ¿Se hubiera reducido la desigualdad? Ciertamente, la construcción de un escenario contra-factual en este caso -y en las ciencias sociales en general- es muy complicada, pero precisamente por esa misma razón deberíamos ser más cuidadosos a la hora de evaluar -usualmente de forma negativa- la performance del modelo de mercado vigente en la región sin tener evidencia empirica seria.

En resumen, si queremos ser serios con la crítica al modelo “neoliberal”, deberíamos ser capaces de construir un escenario-contrafactual en donde podamos demostrar que se pudo haber logrado una mejor performance en términos de crecimiento y equidad en un escenario alternativo. Hasta ahora las críticas han ido por otro lado, no constituyéndose por tanto en argumentos sólidos como para cuestionar el modelo de desarrollo vigente desde un punto de vista conceptual.

Lecturas recomendadas
Sobre el enfoque de resultados potenciales y toda la literatura relacionada, las notas de clases de Jas Sekhon, profesor del Departamento de Ciencias Políticas de la Universidad de California en Berkeley, son de lo mas interesante desde el punto de vista de las ciencias sociales. Especialmente recomendado para los que se dedican a las ciencias políticas en el Perú, tan pocos rigurosos con los métodos estadísticos y los datos, adictos al método del “verso”. Aquí el Syllabus: http://sekhon.berkeley.edu/causalinf/causalinf.pdf

Otro buen curso sobre el tema, es el ofrecido por Adam Przeworski del Departamento de Política de la Universidad de Nueva York. Aquí el Syllabus:
http://www.nyu.edu/gsas/dept/politics/grad/syllabi/G53.2129_przeworski_s05.pdf

Este mismo autor, originalmente un marxista analítico, ha escrito extensivamente sobre el tópico, indicando sus limitaciones. Encuentro recomendables los siguientes papers:

“Is the Science of Comparative Politics Possible?” In Carles Boix and Susan C. Stokes (eds.), Oxford Handbook of Comparative Politics. New York: Oxford University Press.
http://politics.as.nyu.edu/docs/IO/2800/isthescience.pdf

“The Last Instance: Are Institutions the Primary Cause of Economic Development?” European Journal of Sociology 45(2): 165-188
http://politics.as.nyu.edu/docs/IO/2800/archives_2004.pdf

"Identifying the Causal Effect of Political Regimes on Employment.”
http://politics.as.nyu.edu/docs/IO/2800/amsterdam.pdf

Otro autor importante, es Gary King, profesor del Departamento de Gobierno de la Universidad de Harvard. Un articulo relevante es el siguiente:
“When Can History be Our Guide? The Pitfalls of Counterfactual Inference”
http://gking.harvard.edu/files/counterf.pdf

A partir de estas referencias, el lector puede seguir por su cuenta. He privilegiado las referencias en ciencias políticas debido a la enorme debilidad que hay en la academia peruana al respecto. Por ejemplo, en la maestría de la PUCP, uno no encuentra un buen curso de métodos cuantitativos! Es increíble!
http://www.pucp.edu.pe/content/pagina42.php?pID=776&pIDSeccionWeb=25&pIDContenedor=779&pIDIdiomaLocal=1&pIDReferencial=

sábado, 14 de junio de 2008

Epistemología Popperiana para Niños

“... el problema de demarcación entre ciencia y pseudociencia no es un mero problema de filosofía de salón; tiene una importancia social y política vital”
Imre Lakatos

Revisando el post anterior, he tomado nota de que hago uso extensivo de algunos conceptos de la filosofía de la ciencia moderna que no están explicitados, como es el caso de mi referencia a los trabajos de Popper y Lakatos. Temo que muchos de mis argumentos pueden no quedar claros debido a la ausencia de una explicación sobre la filosofía de la ciencia que esta detrás de mi crítica al socialismo como empresa teórica. A fin de evitar lo anterior, escribo este post sobre las ideas básicas de la epistemología Popperiana con la promesa de hacer pronto lo mismo con la propuesta filosófica de Lakatos.

Discutamos entonces, en forma algo apretada, el trabajo fundamental de Karl Popper. Este autor, en su trabajo Logik der Forschung (La traducción del titulo original es Lógica de la Investigación. El trabajo de Popper alcanzó mayor difusión a partir de la publicación de la traducción inglesa en 1957), publicado originalmente en alemán en 1934, presenta un enfoque radicalmente distinto con la epistemología predominante de aquel entonces, influida por el Circulo de Viena, que significó toda una revolución en el campo de la teoría del conocimiento por sus poderosas implicancias filosóficas. El Círculo de Viena estaba compuesto por un conjunto de filósofos de la ciencia de la década del 30 del siglo pasado, que compartían en común la creencia que para que una proposición sea considerada científica debe ser en principio verificable. Este es el conocido Principio de Verificabilidad del Significado. Entre los principales representantes de esta corriente podemos contar a Hans Reinchbach, Rudolf Carnap y Moritz Schlick, entre otros. También se conoce a esta corriente como Positivismo Lógico o Empirismo Lógico.

Como es sabido, el falsacionismo de Popper defiende un criterio de demarcación entre ciencia y no ciencia que sostiene que debemos considerar “ciencia” al conjunto de proposiciones que sean en principio refutables por la evidencia empírica, es decir, susceptibles de ser probado su valor de falsedad. Este criterio significó toda una revolución filosófica que marco el carácter de la epistemología del siglo anterior. Popper atacó al positivismo lógico por su pretensión de demostrar la validez de una teoría científica a partir de la verificación de sus proposiciones predictivas apelando al método inductivo, esto es, a partir de la verificación de los casos particulares que corroboran una teoría científica. Para nuestro autor tal ejercicio es imposible de realizar en la medida que este método entraña una falacia lógica. De acuerdo con Popper, no es posible derivar de forma concluyente proposiciones universales a partir de proposiciones particulares, mientras que si es posible refutar una afirmación de carácter universal por medio de una proposición particular. Este es el famoso “problema de la inducción”. Ello es asi por que es imposible contar con toda la evidencia empírica que nos permita demostrar la validez de una teoría a partir de su verificación, mientras que si es posible contar-en principio- con evidencia que demuestre su falsedad. Así, de acuerdo con nuestro autor, existe una asimetría fundamental entre la inducción y la falsación.

Usemos un ejemplo para entender las implicancias de este problema. Sean las proposiciones P (Jim es peruano) y Q (Jim es latinoamericano). Estaremos ante la inducción si establecemos el siguiente razonamiento: si P entonces Q y Q concluimos que P es verdadera. Dicho resultado es falaz puesto que el hecho que se cumpla que Jim es latinoamericano no nos asegura que necesariamente Jim vaya a ser peruano (podría ser argentino o boliviano). En cambio si establecemos el razonamiento siguiente: si P entonces Q y no P concluimos que no Q es verdadera, lo cual si es lógicamente válido, por el uso de modus tollens, pues si Jim no es latinoamericano tampoco será peruano.

Es importante notar que Popper se refiere a la inducción desde un punto estrictamente lógico. Ello no niega que en nuestra vida cotidiana y en la práctica científica exista ciertos tipos de generalizaciones que se asemejan a la inducción y que son muy útiles para la proposición de hipótesis científicas pero que sin embargo carecen de valor demostrativo, lo que en la literatura especializada es conocido como aducción. En realidad, desde el punto de vista popperiano, importa poco como lleguemos a una hipótesis científica. Lo importante es que una vez alcanzada debe ser sometida a los rigores de la falsación de sus predicciones empíricas.

Popper sugiere la adopción del método deductivo basado en la falsación más un conjunto de reglas metodológicas que impidan la adopción de “estratagemas inmunizadoras”, esto es, la adopción de hipótesis ad-hoc que usan los científicos para salvar teorías que muestran serias dificultades para generar proposiciones falsables. Estas reglas se orientan a establecer las condiciones bajo las cuales el uso de una hipótesis ad-hoc es metodológicamente admisible, la asignación de prioridades entre teorías de acuerdo a la severidad del proceso de su falsación y criterios básicos para determinar si un determinado test empírico refuta o no una teoría, entre otras.

Esto último constituyó una de las preocupaciones centrales de la metodología de Popper. Como es sabido, la refutación de una teoría no es una tarea sencilla, sobre todo por las implicancias de la “tesis de irrefutabilidad de Duhem”. De acuerdo con esta tesis, no es posible refutar en forma concluyente una teoría. Ello porque cuando sometemos esta a la refutación, nos vemos en la necesidad de hacerlo conjuntamente con proposiciones y supuestos auxiliares, de tal forma que siempre es posible preguntarnos si es que lo que estamos refutando son estas últimas proposiciones o la teoría en si. De allí el interés de Popper por establecer pautas metodológicas de carácter normativo que, conjuntamente con el principio de falsación, nos permitan hacerle frente a la tesis de Duhem.

En su sentido más profundo la metodología popperiana echa por tierra la pretensión del conocimiento de la llamada “verdad científica”. En realidad, de acuerdo con nuestro autor, debemos resignarnos a conocer sólo nuestros errores. No podremos afirmar jamás que una teoría es verdadera. Sólo podremos contentarnos con saber que no es falsa, pero ello solo temporalmente, puesto que existe la posibilidad de que en futuro próximo nos topemos con evidencia que refute nuestra teoría vigente. La verdad científica se vuelve relativa. Las teorías ya no son verdaderas, solo podremos decir que aún no hemos encontrado evidencia empírica que nos demuestre que son falsas.

Así, la ciencia, desde esta perspectiva, se caracteriza por el proceso continuo de refutación de las teorías vigentes con el propósito de reemplazarlas por nuevas teorías capaces de resistir la falsación. De allí que Popper considerara que la ciencia se halla en estado de revolución permanente, puesto que continuamente aparecen nuevas teorías con el propósito de brindar mejores explicaciones y predicciones que las anteriores. Así, la ciencia avanza progresivamente a través de un procedimiento de ensayo-error.

Bueno, aquí lo dejo por ahora.

Lecturas Recomendadas

Para una visión general de las contribuciones de Popper, recomiendo su entrada en el diccionario virtual de filosofía de la universidad de Stanford
http://plato.stanford.edu/entries/popper/

La entrada de Popper en Wikipedia tiene mucha información y links sobre criticas e interpretaciones posteriores sobre el significado de la obra de Popper. Además contiene información sobre las ideas políticas de Popper, en especial su crítica al marxismo.
http://en.wikipedia.org/wiki/Karl_Popper

Este artículo de Thomas Hickey contiene una discusión interesante sobre el falsacionismo popperiano.
http://www.philsci.com/pdf/BOOKV.pdf

Para una presentación de la metodología Popperiana para economistas, véase el artículo de Bruce Cadwell “Clarifying Popper”, publicado en el Journal of Economic Literature (hay que tener subscripción a JSTOR).
http://www.jstor.org/pss/2727352

Algunas ideas sobre el “socialismo del siglo XXI”


De un tiempo a esta parte, muchos han empezado a hablar del llamado “socialismo del siglo XXI”, sobre todo a partir de la experiencia chavista en Venezuela. Algunos otros, animados por lo anterior, vienen discutiendo los fundamentos conceptuales y teóricos de esta nueva versión del socialismo. El termino como tal, fue acuñado por Heinz Dieterich Steffan en 1996 en un trabajo titulado “El Socialismo del Siglo XXI” que esta disponible en la web para los interesados. En realidad, el trabajo de esta autor no ofrece mucho en términos conceptuales, por lo que no constituye en si una reformulación sofisticada del viejo socialismo teórico ramplón. Mucho menos en lo económico, en donde el autor sugiere una propuesta muy gasesosa de “economía de los valores”, que no es mas que un regreso acrítico a la teoría del valor de Marx en vez de la ley de la oferta y la demanda. En síntesis, no hay mucha novedad y por eso el socialismo –a mi entender- no ha podido aun ser rescatado del basurero de la historia de las ideas como pretenden sus seguidores contemporáneos. Aquí van algunos comentarios a algunos lugares comunes que uno escucha de los pseudo-teóricos socialistas modernos:

a) El primer comentario tiene que ver con esta idea de que el socialismo como tal se encuentra actualmente en el "basurero de la historia de las ideas". Ciertamente, el socialismo tiene sus defensores y en algunos lugares hay presidentes que se reclaman socialistas. Pero eso no significa que el socialismo tenga una base teórica respetable detrás de esa praxis política, y como diría Adolfo Figueroa, no hay mejor manera de ser prácticos que con una buena teoría. Nuestros socialistas de la región no la tienen, por eso que en la practica hacen cualquier cosa en la economía (sino vean a Kichner en Argentina o Chavez en Venezuela) o simplemente siguen los criterios básicos de la economía de mercado (aunque no les guste, liberal) como es el caso de los chilenos. En ese sentido, mi afirmación es simplemente una descripción, pues no hay teoría socialista seria (en un sentido que definiré luego) que respalde esa praxis política, y la que hubo simplemente cayo en desuso, al basurero de la historia de las ideas, junto a la alquimia, la astrología, y esperemos que prontamente, el psicoanalisis. De hecho, si eso no fuera cierto, no tendría sentido debatir sobre su construcción teórica, pues es lo que implícitamente se sugiere cuando reclama que la tarea teórica del momento construir un socialismo del siglo XXI.

b) Ciertamente el socialismo fue mucho mas que Rusia (en donde fracaso) y China (en donde sensatamente dieron vuelta al mercado y ahora es la economía que más crece). Sin embargo, desde el punto de vista teórico eso no importa mucho. Lo que importa aquí es el fracaso teórico. Y, a pesar de que los socialistas han levantado la cabeza y ganan posiciones en el terreno político, están en la incomoda posición de que no tienen una visión de mundo alternativa a la liberal sustentada en una nueva lectura de la realidad.

c) Mas allá de unos cuantos intentos de acomodo en las ciencias sociales blandas como la historia y la sociología, en las ciencias sociales fuertes como la economía, los enfoques socialistas están simplemente desterrados debido a su inutilidad, por no mencionar las ciencias naturales en donde los métodos marxistas inspirados en el materialismo dialectico harían soltar carcajadas a los intelectuales mas serios. Sino, ¿alguien podría decirme cual es el fundamento teórico para la organización económica de la sociedad en el socialismo actual? ¿Planificación centralizada de los medios de producción todavía? Simplemente no tienen nada, ante el fracaso de esos esquemas de planificación, no han sugerido una alternativa para la organización económica de la producción y distribución que signifique un reto al mercado. Por eso sugeriría una re-lecturas socialista en el plano económico, pues esa es precisamente la debilidad más grande de los socialistas post-caida del muro. Se quedaron sin teoría económica, por no mencionar teoría política, su teoría de la historia y demás.

d) El rigor en la ciencia no lo define el gusto ni las preferencias políticas. Ciertamente, no existe un criterio de demarcación entre lo científico y no científico que este exento de problemas filosóficos. Sin embargo, si existen ciertas pautas y reglas que hacen que no cualquier cosa pase por científica, y en todas ellas a los socialistas les va muy mal, demasiado mal diría yo, tanto que uno llega a sentir compasión y vergüenza ajena. El criterio básico es que las teorías científicas deberían ser pasibles a un mecanismo de contrastación empírica, mecanismos que han ido evolucionando, pasando desde la verificación positivista propuesta por los filósofos del Circulo de Viena hasta el falsacionismo sofisticado sugerido por Popper y Lakatos. Asimismo, la competencia entre científicos funciona tambien como un mecanismo de control importante, y permite en gran medida el progreso cientifico. Como sea, ninguna teoría socialista ha resistido el test empírico, de ahí que sean precisamente las predicciones de las teorías de Marx los ejemplos típicos de una teoría degenerada (incapaz de predecir adecuadamente la realidad que se propone explicar) en cualquier curso básico de la teoría de la ciencia. Pretender construir algo nuevo con un enfoque que adolece de estos problemas, si me parece una perdida de tiempo.

e) Tal vez, cuando la izquierda habla de socialismo se refiere mas que a las ideas, al conjunto de valores que subyacían al socialismo, y de ahí esa reivindicación del socialismo que sugiere buena parte de la izquierda latinoamericana. Si es así, entonces estamos ante dos cosas: a) o diferenciamos el asunto, y aclaramos de partida que nos definimos socialistas por los valores que asociamos al socialismo mas que por una teoría socialista, o b) reivindicamos un socialismo teórico de partida como necesidad a la praxis política, y por tanto se parte de cero reconociendo lo errado de nuestras concepciones anteriores y reconociendo nuestra desnudez teórica, y de paso no nos molestamos cuando se nos dice que la teoría marxista pertenece al basurero de la historia de las ideas. En el primer caso, no tendríamos necesidad de definirnos como socialistas porque dichos valores no son patrimonio exclusivo de las teorías socialistas (por ejemplo, el valor de la igualdad es compartida por el liberalismo moderno como es el caso de Sen, Rawls y Dworkin), mientras que en el segundo tendríamos que partir de cero, por lo que tampoco es necesario definir como "socialismo" el producto final del ejercicio de reflexión teórica.

Para terminar, mi punto es que mis amigos socialistas están un poco desorientados. Solo tienen un nombre y un pasado común, pero sin teoría y principios comunes consistentes con un programa de investigación progresivo, el resultado será un variopinto grupo de gentes llamándose socialistas y haciendo cosas completamente disimiles, como ya ocurre en la actualidad. Si hay que empezar de cero, ¿porque insistir con el pasado? ¿Porque insistir en llamarse socialistas cuando gran parte de lo que se definió de esa manera fracaso en lo teórico y en lo practico, sin haber ocurrido un proceso de reconstrucción teórica? El día en que los socialistas se pongan en serio a reflexionar sobre la realidad (sin repetir sus viejas monsergas) y testear sus teorías tendrán cabida en la ciencia moderna. Sino, solo serán objeto de burla y ejemplo de mala ciencia. Seguirá en el basurero de la historia de las ideas.

miércoles, 11 de junio de 2008

¿Quién responde por Putis?

Así describe la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR), la masacre de Putis:
"La Comisión de la Verdad y Reconciliación ha logrado establecer que en diciembre de 1984, no menos de ciento veintitrés personas (123) hombres y mujeres de las localidades de Cayramayo, Vizcatampata, Orccohuasi y Putis, en el distrito de Santillana, provincia de Huanta (Ayacucho) fueron víctimas de una ejecución arbitraria llevada a cabo por efectivos del Ejército acantonados en la comunidad de Putis. Los comuneros fueron reunidos por los militares con engaños, obligados a cavar una fosa y luego acribillados por los agentes del orden."

Más adelante:
"Los efectivos del orden recibieron a los pobladores que llegaron a Putis y los reunieron en el local donde funcionaba el colegio, juntándolos con otros pobladores a quienes los soldados habían sacado de sus viviendas. Les aseguraron que a partir de ese momento les darían protección y colaborarían con ellos en diversas obras para mejorar la calidad de vida de la población. Con ese pretexto los militares ordenaron a los varones, apuntándolos con sus armas, que caven una gran poza; a algunos les dijeron que era para construir una piscigranja en la que criarían truchas, mientras a otros, les aseguraron que allí construirían casas.

Sin embargo, cuando estuvo lista la supuesta piscina, los efectivos militares reunieron al centenar de pobladores alrededor de la poza, entre los que habían hombres, mujeres y niños, y sin mayor explicación les dispararon a matar.

Los asesinaron porque tenían sospecha de que estaban vinculados a la subversión; además, para lucrar con el producto de la venta del numeroso ganado de propiedad de los campesinos que, luego de los hechos, comercializaron en Marccaraccay." Informe Final de la CVR, tomo VII, 143-154.

¿Que tiene que pasar en el Perú para que una masacre de 123 personas de origen indígena, entre ellas 19 menores de edad, nos indigne más que la muerte de un perro?

¿Qué tiene que suceder en el país para que la ejecución extrajudicial de 123 compatriotas cause la indignación necesaria en nuestra clase política como para que esta sea la primera interesada en buscar justicia, encontrar a los culpables y reparar a los deudos?

¿Por qué los restos humanos de 123 peruanos masacrados hace más de 23 años recién empiezan a ser recuperados para que los deudos puedan tener algo paz y de duelo, pero todavía nada de justicia?

¿Por qué las fuerzas armadas creen que pueden estar por encima de la ley y obstruir la búsqueda de justicia? ¿Por qué permiten que una banda de asesinos y ladrones manche el uniforme que alguna vez vistieron Grau y Bolognesi? ¿Quién autorizó la destrucción de los registros que permitirían identificar a los culpables? ¿Por qué no esta preso el que lo hizo?

¿Qué van a decir ahora los Mariateguis, los Giampetri y los Reys? ¿Van a seguir usando el eufemismo de “exceso” para describir casos como el de Putis y el del cuartel los Cabitos cuando de lo que se trata claramente es de una matanza premeditada -seguida además del hurto de las pertenencias de las victimas- llevada a cabo por las fuerzas armadas?

¿Quien va a responder por Putis? ¿Quiénes de aquellos que detentaban el poder en aquel entonces van a rendir cuentas por la masacre? ¿Quién fue el ministro de defensa en aquel momento? ¿Quién era el jefe político militar de la región? ¿Por qué luego de 23 años no hay nadie preso ni procesado por la masacre?

En el país desaparecieron a 123 personas y a muy pocos parece importarle. Ni siquiera a nuestros liberales chicha, que salen a defender con todo el derecho a la propiedad de unos pocos, pero parecen no estar interesados en la defensa del derecho político fundamental que asiste a todo ser humano: el derecho a vivir. Salen a criticar cuando el Estado se mete en la vida de unas cuantas personas pero no cuando este priva del derecho a vivir a muchos otros. ¡Nozick! ¡Sacúdete en tu cripta!

Sobre el tema:
Putis en la Memoria de el Morsa
La tragedia de Putis en Martin Tanaka (ver los links al final del articulo)
Putis de Ocram
Fosas del Horror de la Republica