sábado, 15 de noviembre de 2008

Yo también quiero tener mi columna para escribir tonterías

“Está probado que las políticas del FMI y del Banco Mundial, orientadas a que el "libre mercado" decida la asignación de recursos, desembocan en que los países se conviertan en importadores netos de alimentos, como el Perú.” Humberto Campodónico en Conveagro plantea diálogo para un cambio de rumbo.

Yo nunca he visto algún paper serio argumentando lo anterior. Sería interesante que Campodónico comparta la literatura (que aparentemente solo él conoce) para saber cuál fue el modelo teórico y la evidencia empírica que soporta la conclusión de que está DEMOSTRADO (ojo, no dice que hay cierta evidencia que nos permite formular a nivel de hipótesis lo anterior o siquiera alguna de esas hipótesis tentativas que formulan los científicos. No, para Campodónico ya está demostrado).

“Los datos demuestran claramente que el modelo económico genera una concentración de ingresos en los sectores más altos y que es allí donde hay que cortar el consumo y no en el presupuesto 2009, porque eso golpea a los pobres. Pero eso es como pedirle peras al olmo porque este es el gobierno de los ricos.” Humberto Campodónico en El gobierno de los ricos.

Este es un ejemplo de lo que un economista serio no debería de hacer. Campodónico comenta los resultados de una encuesta que cubre solo 3 periodos (del 2005 en adelante) y saca una conclusión que se aplica a un modelo que ya tiene 18 años de implementado! Un análisis serio exigiría gruesamente comparar la información anterior a la implementación del modelo liberal y contrastarla con información después de dicha implementación (en concreto, analizar información de las encuesta de niveles de vida de Cuanto de 1985-1986 con las posteriores a 1990. Eso ya lo hicieron Escobal, Saavedra y Torero, quienes encuentran precisamente lo contrario a lo que Campodónico afirma alegremente sin evidencia seria alguna). Ejemplo de mala ciencia y de poca seriedad.

“Pero lo que no dice Franco ni García previó es que, con la crisis del capitalismo mundial, hemos entrado a la época de vacas flacas y que hay poco, muy poco, por distribuir. Lo que viene probablemente es un proceso de cambios que ponen en cuestión el modelo económico y el Estado neoliberal. Sugiero aquí un conjunto de hipótesis de lo que probablemente se viene con la crisis del capitalismo mundial, una vez abandonada la idea optimista, para no calificarla de otra manera, de que el Perú es un país blindado. Esta tesis es tan peregrina como la de afirmar que en el mundo llueve a cántaros, pero el Perú no se moja. Todo no puede ser igual que antes. Muchas cosas van a cambiar. Después del colapso de Wall Street nada puede ser lo mismo.” Sinesio Lopez en Hipótesis sobre lo que se viene.

No sabía de la afición de Sinesio por la futurología. Tomemos nota y veamos qué pasa. Mi impresión particular es que no pasara nada. Es más, tengo la impresión de que este asunto de la crisis se está sobredimensionando. No cabe duda que el alarmismo vende, no es vano libros de mala calidad como el Horror Económico de Viviane Forrester o el Fin del Trabajo de Jeremy Rifkin se vendieron como pan caliente. Después dicen que la economía en la ciencia lúgubre.

“¿Y por qué aquí funcionó la sustitución de importaciones y en el Perú fracasó tan estrepitosamente con Velasco? Bueno, aparte de ciertas características culturales coreanas que no compartimos (laboriosidad, disciplina, perfeccionismo, orden), aquí hubo otros elementos importantes: el modelo se orientó pronto a la exportación (leer al economista Pablo Bustelo) y no se agredió con estúpidas teorías marxistas al empresariado. No hubo agresivos discursos clasistas, revanchismo social por resentimientos o socialistoides esquemas idiotas, diseñados por los marinos Dellepiane y Jiménez de Lucio, como la Propiedad Social a la yugoslava, la estabilidad laboral inmediata (tres meses) y absoluta o la Comunidad Laboral (copropiedad), como tampoco una deificación del sindicalismo comunista más ramplón, liderado por la CGTP (gigantes como Moraveco, Manilsa, Papeles Paracas e Inresa desaparecieron por la hostilidad sindicalera). Además, en Corea siempre hubo una obsesión por mejorar la educación pública y no existió una basura como el SUTEP estropeándola.” Aldo Mariátegui en Un poco de Corea.

Hace tiempo no leía tantos lugares comunes juntos en un solo párrafo. Demasiada paja entre poco trigo. A veces creo que Aldo Mariategui es el Campodonico de la derecha (por la seguridad con la que afirma cosas sin sustento, aunque debo admitir que no le he leído decir nunca que sus afirmaciones están demostradas como lo hace Campodónico), con la salvedad de que al menos tiene la excusa de no haber sido entrenado como economista (aunque ciertamente eso no te da derecho a decir cojudeces). La idea de que la cultura o la geografía tienen un impacto profundo en el desarrollo económico de los países cada vez tiene menos soporte entre los especialistas (contra-ejemplos de ello hay un montón). Por otro lado, argumentar que la orientación ideológica del velasquismo explica el fracaso de sus políticas no es otra cosa que un reduccionismo simplón. Por ejemplo, Mariano Tommasi –mi asesor de tesis en San Andrés- y Pablo Spiller de la Escuela de Negocios aquí en Berkeley, tienen una teoría interesante sobre el proceso de formulación de políticas públicas que sostiene que no importa mucho las características externas de estas (por ejemplo, si la política comercial es abierta o proteccionista) sino mas bien sus atributos internos; esto es, su flexibilidad, coherencia, sostenibilidad intertemporal, etc. En suma, no existe una receta. Lo que importaría entonces es que las políticas que implementemos, sean cual sea su orientación, tengan las características arriba señaladas, lo cual depende de la naturaleza de la espacio de transacciones en donde estas se formulan. Es un poco largo explicar la propuesta de Mariano (lo hare en otro post), pero en suma la idea es que lo que importa es que el sistema político sea lo suficientemente flexible como para permitir cambiar una política si esta no funciona, mas allá de la orientación ideológica. Lo que sucede en países como el Perú es que oscilamos entre los extremos de inflexibilidad (como por ejemplo, incluir contratos de estabilidad tributaria en la Constitución) o extrema volatilidad (Gonzales de Olarte lo ilustra bien en el Péndulo Peruano), lo cual es producto de una arena política con actores que tienen horizontes intertemporales de muy corto plazo y por ende proclives al oportunismo político. Un sistema político con actores con horizontes intertemporales más largos nos prevendría del oportunismo político y de las rigideces que observamos (y los costos que ello implica).

En un proximo post no se pierdan a Giacosa, mas de Campodonico y algunas perlas de la columna de Actualidad Economica de la Republica. Voy a incluir tambien a algunos liberales como Carlos Adrianzen. Hay mucho material!

Esto va para los economistas. La última vez que estuve en Lima tuve la suerte de reunirme con el profesor Figueroa y una de las cosas de las que hablamos fue sobre esta suerte de tensión entre el economista académico y el economista mediático. Son muy pocos los que logran ser coherentes en ambos planos (se me viene a la cabeza Krugman), pero tengo la impresión de que la mayoría de los columnistas económicos en el país se dejan llevar demasiado por sus preferencias políticas. Esa idea de economistas de izquierdas o derechas me parece antinatural por esa misma razón. Cualesquiera sean mis creencias, uno no debería de dejar de lado la teoría económica y la evidencia empírica a la hora de escribir sobre algún aspecto económico de la realidad. No hacerlo, seria estafar al lector, vender cebo de culebra (quizás por alguna agenda partidaria en particular) y dejar mal parada a la profesión.