"La Comisión de la Verdad y Reconciliación ha logrado establecer que en diciembre de 1984, no menos de ciento veintitrés personas (123) hombres y mujeres de las localidades de Cayramayo, Vizcatampata, Orccohuasi y Putis, en el distrito de Santillana, provincia de Huanta (Ayacucho) fueron víctimas de una ejecución arbitraria llevada a cabo por efectivos del Ejército acantonados en la comunidad de Putis. Los comuneros fueron reunidos por los militares con engaños, obligados a cavar una fosa y luego acribillados por los agentes del orden."
Más adelante:
"Los efectivos del orden recibieron a los pobladores que llegaron a Putis y los reunieron en el local donde funcionaba el colegio, juntándolos con otros pobladores a quienes los soldados habían sacado de sus viviendas. Les aseguraron que a partir de ese momento les darían protección y colaborarían con ellos en diversas obras para mejorar la calidad de vida de la población. Con ese pretexto los militares ordenaron a los varones, apuntándolos con sus armas, que caven una gran poza; a algunos les dijeron que era para construir una piscigranja en la que criarían truchas, mientras a otros, les aseguraron que allí construirían casas.
"Los efectivos del orden recibieron a los pobladores que llegaron a Putis y los reunieron en el local donde funcionaba el colegio, juntándolos con otros pobladores a quienes los soldados habían sacado de sus viviendas. Les aseguraron que a partir de ese momento les darían protección y colaborarían con ellos en diversas obras para mejorar la calidad de vida de la población. Con ese pretexto los militares ordenaron a los varones, apuntándolos con sus armas, que caven una gran poza; a algunos les dijeron que era para construir una piscigranja en la que criarían truchas, mientras a otros, les aseguraron que allí construirían casas.
Sin embargo, cuando estuvo lista la supuesta piscina, los efectivos militares reunieron al centenar de pobladores alrededor de la poza, entre los que habían hombres, mujeres y niños, y sin mayor explicación les dispararon a matar.
Los asesinaron porque tenían sospecha de que estaban vinculados a la subversión; además, para lucrar con el producto de la venta del numeroso ganado de propiedad de los campesinos que, luego de los hechos, comercializaron en Marccaraccay." Informe Final de la CVR, tomo VII, 143-154.
¿Que tiene que pasar en el Perú para que una masacre de 123 personas de origen indígena, entre ellas 19 menores de edad, nos indigne más que la muerte de un perro?
¿Qué tiene que suceder en el país para que la ejecución extrajudicial de 123 compatriotas cause la indignación necesaria en nuestra clase política como para que esta sea la primera interesada en buscar justicia, encontrar a los culpables y reparar a los deudos?
¿Por qué los restos humanos de 123 peruanos masacrados hace más de 23 años recién empiezan a ser recuperados para que los deudos puedan tener algo paz y de duelo, pero todavía nada de justicia?
¿Por qué las fuerzas armadas creen que pueden estar por encima de la ley y obstruir la búsqueda de justicia? ¿Por qué permiten que una banda de asesinos y ladrones manche el uniforme que alguna vez vistieron Grau y Bolognesi? ¿Quién autorizó la destrucción de los registros que permitirían identificar a los culpables? ¿Por qué no esta preso el que lo hizo?
¿Qué van a decir ahora los Mariateguis, los Giampetri y los Reys? ¿Van a seguir usando el eufemismo de “exceso” para describir casos como el de Putis y el del cuartel los Cabitos cuando de lo que se trata claramente es de una matanza premeditada -seguida además del hurto de las pertenencias de las victimas- llevada a cabo por las fuerzas armadas?
¿Quien va a responder por Putis? ¿Quiénes de aquellos que detentaban el poder en aquel entonces van a rendir cuentas por la masacre? ¿Quién fue el ministro de defensa en aquel momento? ¿Quién era el jefe político militar de la región? ¿Por qué luego de 23 años no hay nadie preso ni procesado por la masacre?
En el país desaparecieron a 123 personas y a muy pocos parece importarle. Ni siquiera a nuestros liberales chicha, que salen a defender con todo el derecho a la propiedad de unos pocos, pero parecen no estar interesados en la defensa del derecho político fundamental que asiste a todo ser humano: el derecho a vivir. Salen a criticar cuando el Estado se mete en la vida de unas cuantas personas pero no cuando este priva del derecho a vivir a muchos otros. ¡Nozick! ¡Sacúdete en tu cripta!
Sobre el tema:
Putis en la Memoria de el Morsa
La tragedia de Putis en Martin Tanaka (ver los links al final del articulo)
Putis de Ocram
Fosas del Horror de la Republica
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