El tercer punto de Pedro tiene que ver con la línea de pobreza. En este post ya he comentado cuales son los pasos que, muy gruesamente, sigue el INEI para proceder con su cálculo. El comentario de Pedro está más relacionado con la construcción del indicador de bienestar (en el caso de Perú basado en el gasto) con el cual se compara la línea de pobreza. Como bien menciona Pedro, hay muchas categorías que no son incluidas en la elaboración del agregado de gasto del INEI. En casi todos los casos, ello constituye la práctica común entre los institutos estadísticas de la región. Los problemas conceptuales y empíricos asociados a la medición de componentes, como el consumo de bienes durables por ejemplo, son muy complejos y no disponemos en la actualidad de aproximaciones que gocen de consenso en la literatura. Sin embargo, si pudiéramos medirlos efectivamente, un probable efecto es que la pobreza disminuya en vez de aumentar. La razón es simple: mientras incluyamos más ítems de gasto en nuestro agregado, este será más grande. Si bien este incremento elevará también la línea de pobreza total por medio del coeficiente de Engel, el crecimiento del gasto total será mayor que el de la línea de pobreza y por tanto la pobreza caerá.
Ciertamente, así como hay ítems de gasto que no están incluidos y cuya inclusión tendría un efecto reductor de la pobreza, existen categorías de gasto cuya inclusión es considerada por un sector de especialistas como problemática, las cuales –de ser excluidas- incrementarían la pobreza. Este es el caso de la imputación de alquileres, que consiste básicamente en valorizar el gasto que un hogar propietario de una vivienda haría en caso de tener que alquilarla. En particular, Pedro menciona el hecho de que en el caso de las zonas rurales dicha imputación no funciona porque no existe un mercado de alquileres desarrollado. Bueno, siguiendo el criterio establecido líneas arriba, evaluemos la relevancia empírica de la observación de Pedro, compartida también por Farid Matuk en varios artículos (ver, por ejemplo, aquí), utilizando los datos de la propia encuesta.
Una manera bastante simple de hacer ello consiste en descontarle al agregado del gasto el valor imputado del alquiler para las zonas rurales y estimar de nuevo los niveles de pobreza con esta nueva medida del gasto. Siguiendo esa lógica, encuentro que la pobreza se incrementaría en solo un punto porcentual. La tabla 1 presenta los resultados. Aunque habría que afinar el proceso de estimación, esta primera aproximación indica que los resultados del INEI no serian muy sensibles si no considerasen la imputación de alquileres en las zonas rurales. Si estoy en lo correcto, entonces la critica levantada por Francke y Matuk al respecto es cierta, pero estaría sobredimensionada.
Sobre la línea de pobreza, otro punto mencionado por Pedro, y también por Javier Iguiñiz (ver este articulo en el blog de Actualidad Económica) y Jurgen Schuldt (ver esta entrada en su blog), tiene que ver con el aumento del precio de la canasta. Se argumenta que el índice usado por el INEI para actualizarla (1.5%) es muy bajo en comparación con el crecimiento observado de los precios. Bueno, evaluar la validez de la crítica es nuevamente una tarea empírica. Una forma de evaluar lo anterior, seria descontar el índice usado por el INEI y reemplazarlo por valores alternativos de modo tal que podamos evaluar la sensibilidad de los estimados de pobreza ante diferentes índices de precios. Esto es ciertamente una forma algo gruesa de hacerlo, pero me parece que podría ser una buena entrada para pensar el asunto. Los resultados de dicho ejercicio para índices de 3, 4 y 5% se presentan en la tabla 2 para el caso de la pobreza total y la pobreza extrema.
Como se puede observar, en el caso de la pobreza total, si el incremento del índice hubiera sido 5% en vez del 1.5% usado por el INEI, la pobreza hubiera sido de 41.7% en vez del 39.6%, es decir 2 puntos más. En el caso de la pobreza extrema, dicho aumento es de menos de un punto. Si estos resultados son una buena aproximación al tema, entonces estaríamos nuevamente ante un sobredimensionamiento del tema, pues aunque reconozco que ello amerita un mejor tratamiento, tengo la impresión que resultados alternativos bajo alguna otra metodología no deberían arrojar resultados radicalmente distintos a los aquí presentados.
(Parte final aqui)
4 comentarios:
"Sin embargo, si pudiéramos medirlos efectivamente, un probable efecto es que la pobreza disminuya en vez de aumentar. La razón es simple: mientras incluyamos más ítems de gasto en nuestro agregado, este será más grande"
En esto estoy de acuerdo con Pedro, y lo veo de esta manera. Supongamos que la muestra consta de tres personas con distintos niveles de ingreso. En un primer caso se les entrevista con una ENAHO, y en un segundo caso se les entrevista con una Ingreso-Gasto.
Una ENAHO esta sesgada a alimentos y en general los items de gasto son mas bien inelásticos. Mientras que una Ingreso-Gasto incorpora items que tienen una elasticidad mayor a los items de la ENAHO.
Tomemos como población de referencia dos personas de las tres. El valor de la línea de pobreza con ENAHO es necesariamente menor que el valor de la línea de pobreza con Ingreso-Gasto, y como las elasticidades son distintas por nivel de ingreso en los items adicionales necesariamente la pobreza se incrementa cuando se utiliza una Ingreso-Gasto respecto a una ENAHO.
Como ejemplo de costos para Perú, una Ingreso-Gasto (que es sólo urbana) cuesta US$ 50 por hogar, mientras que la ENAHO (en área urbana) cuesta US$ 25, de los cuales la mitad será el componente de ingresos y gastos. Con esto quiero concluir que una medición completa cuesta cuatro veces que la ENAHO.
De otro lado, la ENAHO tal como la conocemos cuesta US$ 1 millón, y reemplazar la ENAHO con una Ingreso-Gasto sería incrementar US$ 3 millones. Pero el problema real es que la actual Ingreso-Gasto, que es la base del IPC es de 1994 y ya esta obsoleta.
Una alternativa razonable sería hacer como la ENDES continua de 6,000 entrevistas al año, y al cabo de cinco años se tienen 30,000 entrevistas para actualizar el IPC quinquenalmente. Esto significa unn presupuesto adicional de US$ 300 mil anuales, y permitiría ajustar la línea de pobreza de ENAHO hacía arriba.
"Si estoy en lo correcto, entonces la critica levantada por Francke y Matuk al respecto (de la imputación de alquileres) es cierta, pero estaría sobredimensionada."
En el texto que citas, yo no afirme que necesariamente la imputación de alquileres había reducido la pobreza, sino que resalte el hecho (válido una semana despues) que las rutinas de imputación no están disponibles.
La cita exacta es "... y dependiendo de la solución matemática adoptada se puede incrementar artificialmente la capacidad de gasto de los hogares." y por los resultados que muestras parece ser el caso, pero sólo la revisión de las rutinas nos puede decir si la imputación fue insesgada o no.
"Se argumenta que el índice usado por el INEI para actualizarla (1.5%) es muy bajo en comparación con el crecimiento observado de los precios."
Yo no creo que per-se exista un problema con los precios unitarios. La línea de pobreza extrema se construye con un conjunto restringido de precios, pero el gasto agregado del hogar se calcula sin restricción alguna.
Si la imputación de precios para los bienes que componen la línea de pobreza extrema, tiene una lógica distinta a la imputación de los precios para los bienes que no componen la línea de pobreza extrema, entonces podemos calibrar un resultado deseado de antemano.
Un cambio importante entre la metodología de Herrera que midió pobreza 2001-2003, y la de Kuiper que midió 2001-2005 fue los dominios espaciales de la deflación. Herrera tomaba los departamentos, y Kuiper Lima Metropolitana mas Costa-Sierra-Selva dividido por Urbano-Rural. El problema de deflatar por departamentos es que no habían suficientes observaciones de precios para tener medias robustas, y por ello se migró a dominios mas amplios.
Nuevamente sólo las rutinas de cómputo nos podrán ilustrar los criterios específicos de la imputación, y de la deflación espacial
Farid:
Por lo que entiendo, tu punto va a como usando una encuesta de ingresos y gastos la linea de pobreza tendria a aumentar. Pero tambien deberia pasar que, si dicha encuesta logra capturar mejor componentes de gasto que la ENAHO, que el gasto de los hogares tambien se incremente, en linea con el comentario que hago en el texto. Si es asi, a menos que algo se me este pasando, si midieramos la pobreza usando una encuesta de ingresos y gastos tendriamos que tanto la linea como el gasto serian mayores que lo que obtendriamos si nos basaramos en una ENAHO. Pero sucede que en la practica computamos la linea en base a una encuesta de ingresos y gastos (que ya esta muy obsoleta), pero medimos el gasto con una ENAHO. No es eso problematico? Es decir, si tuvieramos los recursos para hacer una encuesta de ingresos y gastos cada anho, deberiamos obtener que la pobreza sea relativamente mas baja, puesto esta capturaria mejor los componentes de gasto y por tanto el agregado de gasto seria mas grande de lo que podriamos obtener con una ENAHO. Si es asi, el punto que mencionas seria relativo y por tanto nuevamente seria un asunto que deberiamos evaluar con los datos.
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