La intolerancia no es un patrimonio de los conservadores. Hace unos años, la Universidad de San Marcos no permitió el desarrollo de un evento organizado por estudiantes en donde expondría Alberto Montaner, un reconocido liberal critico del régimen cubano. Años antes, Javier Diez Canseco –reconocido dirigente histórico de la izquierda- bloqueó un evento organizado por Susana Higuchi en el Congreso en donde se presentarían críticos al régimen cubano. Así como estos, podría mencionar muchos ejemplos de cómo en el Perú, a pesar del discurso de pluralidad y respeto que los sectores progresistas suelen enarbolar, la intolerancia no es un patrimonio exclusivo de los fujimoristas o el Opus Dei.
El reciente caso de la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el conflicto entre el Arzobispado y la PUCP ha puesto de manifiesto la intolerancia de algunos de nuestros “progresistas”. Lo que debería resolverse por la vía legal, se pretende convertir en una suerte de batalla entre el bien y el mal. Mucho maniqueísmo para una discusión sobre los alcances de una herencia.
La discusión ilustra de paso la pobreza y escaso arraigo de la tradición liberal en el país. Ya no solo es Aldo Mariátegui o algunos de sus columnistas retrógrados de poca monta del pasquín que dirige los que celebran con el Cardenal una discutible sentencia del Tribunal Constitucional. Es también un sector crecientemente intolerante cuyo argumento en defensa de la PUCP consiste en recalcar los pobres antecedentes del Cardenal cuando ello no es lo que está en discusión. Lo que está en discusión es si el Arzobispado tiene derecho o no de tomar decisiones sobre la marcha de la PUCP en función a lo establecido en el testamento de Riva Agüero. Cipriani puede ser el diablo en persona, pero lo que se discute es si le asiste o no –en su condición de Cardenal- un derecho particular. Y cualquier liberal, incluidos los de izquierda, debería entender que no importan las cualidades personales del que reclama por un derecho si es que tal derecho le corresponde de acuerdo a la normatividad vigente.
Defender a la PUCP apelando al conservadurismo del Opus Dei o acusando de fachos y/o pro-fujimoristas a los que celebran en la otra esquina, me parece una muestra de la intolerancia de aquellos que pretenden defender a la PUCP, a la que consideran como un centro abierto y plural, cayendo en los mismos vicios que parecen criticar. Si la PUCP es tan plural y abierta, ¿Cómo es que muchos de sus defensores –casi todos formados en sus aulas-parecen no ser menos intolerantes que los conservadores que pretenden controlarla?
¿Y qué pasa si la justicia determina que el testamento de Riva Agüero le concede un rol en el manejo de la universidad al Arzobispado? ¿Patearán el tablero?
MAS SOBRE EL TEMA
Ver este post de Silvio Rendón para una visión menos “camiseta” del caso PUCP.
4 comentarios:
Me pregunto si dentro de la universidad Católica se a "acusado de fachos y/o profujimoristas" a alguien. por ahora no he escuchado a ninguna autoridad de la PUCP decir algo parecido; sin embargo, creo que deberían empezar a hacerlo porque, por último, esa no es una "acusación" es una realidad que se respira todos los días sobre todo en cada insulto enviado desde los medios influenciados por el Arzobispo. ¿O me equivoco?: http://www.correoperu.com.pe/correo/columnistas.php?txtEdi_id=4&txtRedac_id=col1
Anonimo(a):
En ningun lado en mi post he mencionado que las autoridades hayan hecho lo anterior. Puedes mirar el post sobre el tema escrito por Gustavo Faveron, cuyo blog me parece muy bueno, pero que en esta oportunidad discrepo:
http://puenteareo1.blogspot.com/2010/04/los-fuji-fachos.html
Otra cosa: me parece que para opinar es importante dar la cara y no esconderse en el anonimato. No volvere a aceptar comentarios de personas no identificadas.
Saludos,
S.
Es necesario crear una cultura de mente abierta a nuevas perspectivas, sin dejarse caer o perder tiempo en ellas; si no mas bien teniendo como objetivo elevar el conocimiento.
atte. Adolfo
Estimado Adolfo:
Suscribo tus palabras.
Saludos,
Stanislao
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