domingo, 25 de octubre de 2009

Libros claves: La Metodología de la Economía de Mark Blaug

Como todo sanmarquino que se respete, buena parte de mi formación en pre-grado fue autodidactica. Viéndolo en perspectiva, no me parece que sea el método más eficiente pero en contrapartida creo que me hubiese perdido lecturas sumamente importantes en mi formación académica que no suelen ser incluidas en los programas estándar de pre-grado. Autores claves como Albert Hirschman o Joan Robinson casi ya no se estudian y uno se puede terminar perdiendo clásicos como “Filosofía Económica” o “Retoricas de la Intransigencia”.

En lo personal, uno de los libros que más ha influenciado mi forma de estudiar economía es el trabajo de Mark BlaugLa Metodología de la Economía o Como Explican los Economistas” que leí originalmente en una versión en español de Alianza Editorial allá por mediados de 1998. No había tenido la oportunidad de volver a leer este libro en estos últimos 5 años que llevo viviendo fuera del Perú, pero hace unos días atrás me llego una copia que ordene en Amazon y he vuelto a hojear sus páginas después de tiempo. Así, aunque se trate de un libro algo viejo ya, creo que amerita una breve reseña y con ello tal vez motivar su lectura por parte de estudiantes interesados en mejorar su background epistemológico.

El tema central del libro es una discusión de los enfoques que utilizan los economistas para someter al test empírico sus teorías. Para ello, el libro ofrece una discusión muy interesante de la filosofía de la ciencia desde las teorías del círculo de Viena hasta Popper, para luego revisar los principales enfoques post-popperianos incluyendo entre otros a Kuhn, Lakatos y Feyerabend. Me parece que esta es una de las secciones mejor trabajada del libro, pues permite al lector interesado seguir por su propia cuenta, además de ser muy formativa para aquellos no familiarizados con la literatura en estos temas. Uno aprende temas fundamentales como la falacia de la inducción, los criterios de demarcación entre ciencia y no ciencia, el rol de la historia de la ciencia y la tensión entre la lógica hipotética-deductiva y la famosa tesis Duhem-Quine. Uno se queda con la sensación de que no hay lonche gratis y que al final cierto pragmatismo es necesario a la hora de juzgar la validez de nuestras teorías científicas.

El libro luego discute como los economistas han incorporado estos enfoques epistemológicos en su práctica científica. Blaug hace un repaso de la historia metodológica de nuestra ciencia desde el siglo XIX, poniendo énfasis en como los economistas clásicos –influenciados por el positivismo- habían adoptado aproximaciones verificacionistas. Esto seria así hasta que en 1938 Terence Hutchison publicara su “The Significance and Basic Postulates of Economic Theory” que marcaria la introducción del popperianismo en los debates en economia (lo cual es interesante teniendo cuenta que la Lógica de la Investigación Científica de Popper no sería publicada en ingles hasta 1959). Este libro en particular surge como una reacción al llamado “Apriorismo” seguido básicamente por los economistas austriacos para los cuales la ciencia económica no era más que un sistema de deducciones puras derivadas de un conjunto de postulados los cuales no son susceptibles a verificación externa. Con la publicación del “Ensayo sobre la Metodología de la Economía Positiva” de Friedman, el Popperianismo (y sus variantes como los enfoques de Lakatos) se establecería como el enfoque epistemológico dominante en la economía, situación que se ha mantenido esencialmente hasta ahora, a pesar de haber sido sometido a una fuerte crítica entre los epistemólogos de la economía.

El resto del libro está dedicado a utilizar el enfoque de Lakatos para evaluar las principales teorías neoclásicas. Blaug evalúa la teoría del consumidor, la teoría de la empresa, las teorías de equilibro general, la teoría del capital humano, la teoría del comercio internacional, entre otras. Esta es una de mis partes favoritas del libro porque es algo así como “epistemología en acción”, y es sumamente instructivo para quienes se dedican al negocio de la investigación pues te permite entender los limites de nuestras aproximaciones teóricas y empíricas. Uno se queda con la sensación de que la teoría neoclásica es como una coladera, aunque para ser justos un análisis similar de enfoques alternativos de la ciencia económica debería arrojar un panorama mucho más desalentador.

En suma, un libro altamente recomendable. Cierto es que hay trabajos similares más actualizados, pero de lo que he visto no me parece que haya todavía alguna alternativa tan bien escrita como esta. Aunque tal vez este sesgado por lo que significo este libro en mi propio proceso de aprendizaje.

Otras lecturas

Aparte de este libro, Blaug tiene un libro de pensamiento económico con un enfoque epistemológico similar y que me gusta mucho porque no pierde el tiempo hablando de la vida de los economistas si no que se concentra en el estudio de la teoría. Otro libro interesante es el editado por Roger Backhouse a mediados de los noventa en donde se discute básicamente como el popperianismo había cedido terreno ante concepciones alternativas, sin que estas hayan logrado desplazarlo totalmente. Una evaluación reciente sobre la influencia del Popperianismo en la economia puede encontrarse en este libro editado por Thomas Boylan y Paschal O’Gorman. Otro libro interesante de Backhouse discute básicamente la epistemología económica después de Lakatos. Creo que con esto tienen suficiente para entrenerse.

1 comentario:

Citoyen dijo...

Yo también descubrí la metodología con el libro de Blaug :). Después leí "Explaining social Behaviour" de Elster. Es problemático porque ambos te transmiten la idea de que la economía matemática está en fase de colapso; en fin. Mi libro favorito de filosofía-economía (aunque no es propiamente metodología) es "Economic theory and cognitive science" de Don Ross.

Me han hablado bastante bien de "Reflections without rules" http://www.amazon.com/Reflection-without-Rules-Methodology-Contemporary/dp/0521797969 aunque creo que se solapa con Blaug, es más moderno.